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Por CONtexto ganadero - 26 de Abril 2024
Los bovinos de reemplazo son una parte esencial de la industria ganadera, tanto en términos económicos como en la sostenibilidad a largo plazo de la producción de carne y leche.
Estos son animales que se crían y seleccionan para reemplazar a los animales adultos del rebaño en el futuro. Estos bovinos son la base de la producción continua de carne y leche, por lo que la selección y gestión adecuadas de estos animales son esenciales para mantener la productividad y la calidad del ganado en el tiempo. (Lea en CONtexto ganadero: Aspectos importantes en el manejo de terneras de reemplazo)
Marcelo Gutiérrez, médico veterinario zootecnista, explica en una charla para TVGAN que “para ser sustentables y sostenibles en el tiempo, un hato necesita reemplazos, no solamente una lechería especializada, sino el doble propósito y las ganaderías de cría”.
Para el experto, esta es una parte del sistema de producción que va a generar gastos o inversiones, pero no necesariamente son animales que no van a estar produciendo durante un tiempo importante.
“Es por esta razón que es fundamental tener muy claro de dónde se van a sacar los animales y en qué cuánto tiempo se necesita reemplazar esos animales”, describe Gutiérrez.
Por lo tanto, la cantidad de bovinos de reemplazo que un productor debe mantener en su rebaño depende de varios factores clave:
Gutiérrez afirma que “por ejemplo, en un hato de 100 vacas hay que mirar la edad al primer parto y la tasa de reposición, pues son dos factores que son indispensables para determinar cuántos animales se requieren. Es importante destacar que se necesitan suficientes bovinos para cumplir y tapar los descartes, o también para crecer, pero si tengo demasiados voy a tener un sobrecosto adicional”.
Los objetivos de este reemplazo cumplen varios roles importantes en la producción ganadera como la mejora de la genética, la reposición del rebaño, la optimización de la producción, etc.
De acuerdo con Gutiérrez, “normalmente la tasa de reposición está muy relacionada con la tasa de descarte, por lo que generalmente en lechería podemos tomar un número estándar del 15%, en ganadería será menor y en doble propósito será intermedio porque las vacas tienden a durar más en el hato”.
El profesional señala que, en el caso de la edad al primer parto, “entre más rápido tengan cría las novillas y entren a ser animales productivos, pues menos bovinos se va a necesitar, por lo que en función a eso nos movemos. Por ejemplo, si tengo 100 vacas y tengo una tasa de reposición anual del 15% y logro que las hembras logren tener su primer parto a los 30 meses, se van a necesitar 38 animales”.
Pero entonces, ¿cómo se calcula esa cifra? Gutiérrez dice que se multiplica la tasa de reposición anual por 3 (que es la edad al primer parto), dando un total de 45, “pero como lo estoy logrando un poco antes de lo 36 meses, son 38 animales. Es decir, entre menos tenga que reponer animales y más rápido crezcan esas novillas, menos animales voy a necesitar para reemplazar”, concluye el profesional. (Lea en CONtexto ganadero: Qué se debe tener en cuenta para escoger novillas de reemplazo)
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