Según un artículo de La Voz y un documento de Meat and Livestock Australia (MLA), el estrés por calor en los animales se manifiesta cuando la combinación del calor interno generado por el metabolismo y el calor ambiental excede la capacidad del animal para disipar ese calor y mantener su temperatura corporal normal.
Este fenómeno conlleva a un aumento en la tasa respiratoria, el consumo de agua y, al mismo tiempo, una disminución en el consumo de alimentos, así como en el tiempo dedicado a la rumia y el descanso. (Lea en CONtexto ganadero: Estrategias contra el estrés calórico en la ganadería en esta temporada seca)
El AHL se convierte en una herramienta esencial para anticipar este riesgo. Este índice se basa en factores como la temperatura y humedad ambiental, la radiación solar y la velocidad del viento. En el caso de bovinos destinados a carne, se establecen tres niveles de AHL: moderado (10-20), elevado (21-50) y muy elevado (51 o más).
El documento de MLA también hace referencia a las Unidades de Carga Calórica Acumulada (AHLU), que miden la cantidad de calor que los animales pueden acumular durante el día y disipar durante la noche. Este índice es crucial para evaluar el equilibrio de energía térmica de los animales. Si la disipación de calor no es suficiente durante la noche, los bovinos pueden comenzar el día con una carga calórica acumulada.
La AHLU ofrece una mejor indicación del alto riesgo de carga calórica que una medida puntual del Índice de Carga Calórica (HLI) porque combina la intensidad y la duración de la exposición al estrés por calor. Además, permite calcular los tiempos de recuperación del estrés por calor, siendo más efectiva cuando el HLI se mantiene por debajo de 77 durante cuatro a seis horas durante la noche.
Para calcular el equilibrio de carga calórica y las AHLU, se establecen umbrales basados en un animal de referencia. El límite superior es 86, donde el animal ni gana ni pierde calor, y el límite inferior es 77, indicando que el animal puede disipar el calor. Cuando el AHLU alcanza 0, no hay más pérdida de calor.
Esta metodología de medición continua y acumulativa proporciona a los ganaderos información valiosa para gestionar eficazmente el bienestar térmico de sus animales. (Lea en CONtexto ganadero: Indicadores y pérdida de calor en bovinos por estrés calórico)
Con la capacidad de calcular el tiempo necesario para devolver la temperatura corporal a niveles normales, los productores pueden tomar medidas proactivas para mitigar los efectos negativos del estrés por calor y garantizar el bienestar de sus rebaños.