¡De cero al éxito! Conozca esta historia de transformación ganadera
PorMelanny Orozco-22 de Abril 2025
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Por Pedro Fonseca - 28 de Febrero 2025
Para los ganaderos, vender sus reses a las plantas de beneficio autorizadas es crucial para asegurar estabilidad económica y ampliar sus mercados. Sin embargo, establecer relaciones comerciales con estas empresas requiere conocimiento sobre los requisitos que exigen, canales de contacto y aspectos como la calidad de la carne, el bienestar animal y la trazabilidad.
Elvi Madrid, de la Asociación Agropecuaria y Campesina de Nueva Lucía (Azopegan), en ese corregimiento de Montería (Córdoba), es consciente de que los pequeños productores no tienen acuerdos comerciales con los frigoríficos porque ellos no se dedican a la ceba de ganado, sino a la cría.
Este ganadero cordobés es uno de los miles de productores en Colombia que manejan sistema doble propósito, por lo cual no tienen ni la infraestructura, ni el volumen ni los recursos para llevar a los bovinos hasta su finalización, sino que solamente los crían y luego los comercializan para el levante.
“Nosotros no llegamos a terminar el engorde del ganado. Llevamos a los terneros hasta los 150 o 180 kilos y los vendemos enseguida que salen del destete. No tenemos un comprador fijo: cada quien vende a los intermediarios. A veces yo voy a la subasta y los ofrezco allá”, comentó.
Dentro del proceso, otro ganadero adquiere estos animales solo para el levante y luego los vende a un tercero para la ceba. Muy pocos en el sector, solo los más robustos y tienen mayor infraestructura, llevan a cabo el ciclo completo.
De acuerdo con Paul Rodríguez, propietario de Rancho Corona-El Rosario, cada frigorífico maneja una ficha técnica con requisitos específicos que dependen del mercado al que abastecen.
“Lo importante es la terminación. Animales que estén finalizados, que se les vea la condición en la parte posterior, es decir, la nalga que se vea bien formada. También depende del peso del animal, porque en Colombia manejamos muchas razas, y no hay homogeneidad tanto en los animales como en las canales”, explicó.
Para el consumo interno, los requisitos son más flexibles, pero el acabado del animal y su peso son criterios esenciales. Por lo general, los mataderos reciben machos cebados, pero también se sacrifican animales de otras categorías, como hembras y terneros, que son más livianos.
Como lo registró la Encuesta de Sacrificio de Ganado (ESG) realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), durante 2024 el peso promedio del ganado en pie que ingresó a plantas de beneficio alcanzó los 442,7 kilos.
Por categoría, los machos registraron un promedio de 476,8 kilos, mientras que las hembras presentaron un peso medio de 398,7 kilos. En el caso específico del ganado destinado a exportación, el peso promedio se elevó hasta los 479 kilos. (Lea en CONtexto ganadero: Más consumo y exportaciones: causas del crecimiento del sacrificio en 2024)
Frigoríficos como los de Minerva, que enfocan su producción en llevar carne a diversos países, requieren ganado con mayores especificaciones en sus cualidades físicas, de peso y de edad para suplir las exigencias de estos destinos.
“Para mercados internacionales se requieren animales de mayor estructura, más largos, y que tengan un buen acabado. Animales que pueden alcanzar fácilmente entre los 480 y un poco más de los 500 kilos. La idea también es que, de acuerdo a los mercados, esperen que no sean superiores a 30 meses”, añadió Rodríguez.
El peso también varía según la temporada, según el ganadero Samuel Vieira, pues la disponibilidad de alimento en la época de lluvias permite que los productores finalicen sus semovientes con mayor kilaje.
“En invierno reciben los ganados de 500 kg, porque son épocas de mayor abundancia, reciben los ganados más pesados. En verano, se pueden ofrecer más livianos”, indicó.
En términos de bienestar animal, Carlos Botero, cebador de Agropecuaria Patio Rico La Ceiba en la zona del Urabá antioqueño, contó que los frigoríficos exigen registro de predio ante el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), aunque no necesariamente demandan la certificación en Buenas Prácticas Ganaderas (BPG).
“El predio debe estar certificado en el ICA para vender a estas empresas, y para poder sacar la licencia ante el Instituto el predio debe tener ASI (Autorización Sanitaria y de Inocuidad). Ninguna de las empresas a las que le hemos vendido, como Minerva, Nutresa, Éxito, Olímpica o Euro Supermercados, piden BPG, aunque sí reconocen un mejor precio por tenerlas”, precisó.
Para establecer relaciones comerciales con un frigorífico, los ganaderos pueden utilizar diferentes canales de contacto:
El proceso de compra del ganado varía según el frigorífico, pero en general se resume en estos pasos:
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