Con solo 33 meses, este ejemplar logró romper esquemas en producción, genética y valorización y se convirtió en la res más valorada en Colombia. Su venta por más de 230.000 dólares marca un hito en la historia de la ganadería nacional y la convierte en un activo productivo de proyección internacional.
La historia de Lunita no solo es la de una vaca que alcanzó reconocimientos históricos en las pistas. Es el resultado de dos décadas de trabajo en mejoramiento genético y, al mismo tiempo, un reflejo del potencial empresarial y productivo de la ganadería colombiana.
En mayo de 2025, JPS Ganadería cumple 20 años de historia. Dos décadas de esfuerzo, visión y disciplina que hoy se resumen en el nombre de una vaca: Lunita 683/1.
Desde 2005, JPS ha trabajado con pasión en el brahman gris, buscando siempre las mejores líneas maternas. Primero con genética nacional de excelencia, y luego, en 2016, con lo mejor del legendario rancho J.D. Hudgins en Texas, EE. UU., pionero en el desarrollo de la raza desde inicios del siglo XX.
Linaje de gran valor
En ese camino, apareció una vaca que lo cambió todo: JPS Lady Carol Lunática. Su paso por la ganadería fue breve —solo cuatro años—, pero suficiente para marcar un antes y un después. Su cruce dio como resultado ocho campeones y seis grandes campeones
Más que una vaca, fue una máquina de campeones. Una empresa.
En 2021, llega “Lunita”, su última hija. Nació en junio de ese año y desde pequeña mostró su potencial heredado. Con sangre del toro Leyton, gran campeón internacional en Houston, este ejemplar Brahman empezó a construir su propia leyenda.
Y es que, con solo meses de vida, se alzó como vaca del año, venciendo a ejemplares mucho mayores. Lo repitió al año siguiente, convirtiéndose en una de las dos únicas vacas en la historia de Asocebú en lograrlo dos veces consecutivas.
Y hoy, con solo 33 meses de vida, ya es madre sobresaliente de la raza. Un reconocimiento que otras vacas alcanzan tras décadas. Ella lo hizo sin dejar de pisar la pista, mientras su descendencia ganaba campeonatos a su lado.
Historia que va cuesta arriba
Este año, Lunita y una de sus hijas se coronaron Gran Campeona y Gran Campeona Reservada en la misma feria. Nunca antes una madre y su cría habían disputado —y ganado— juntas el trono.
La venta de Lunita marcó un hito. Una cifra récord, sí, alcanzando los 230.000 dólares o más exactamente $972.896.796 de pesos colombianos por el 33 % del ejemplar. El legendario Ricardo Barreneche fue el martillo que impulsó este récord.
Pero más allá del número, lo que verdaderamente importa es lo que representa: el reconocimiento del valor productivo de una vaca que, más que un animal, es un modelo de negocio. Su genética, su capacidad reproductiva, su rentabilidad proyectada, la posicionan como un activo de alta valorización.
Visión empresarial detrás del éxito
Para JPS Ganadería, el caso de esta brahman es la demostración de que la ganadería moderna puede y debe manejarse como una empresa.
“Es un modelo productivo, rentable, de análisis. No es un capricho. Es una vaca que factura, que produce y que demuestra que invertir en genética puede devolver la inversión en poco tiempo”, aseguró Pablo Quiroz, representante de JPS.
La venta de "Lunita", que alcanzó cifras récord, fue el resultado de un trabajo disciplinado, estratégico y fundamentado en resultados medibles, no solo en pistas, sino también en preñeces, embriones y genética comercial.
Aporte genético y financiero
Desde La Ponderosa Ranch Group, con más de 50 años en el mejoramiento genético brahman, reconocieron que la decisión de invertir en “Lunita” fue el resultado de una evaluación rigurosa.
“No es solo una vaca, es el respaldo de un proyecto genético exitoso. Llega para complementar nuestro trabajo como donadora joven, con proyección en producción de embriones, crías de alto valor y hasta posibles procesos de clonación”, señaló Alberto Cadavid, representante de La Ponderosa.
Además, destacaron que su aporte no será únicamente genético, sino también financiero, pues las crías de "Lunita" ya se transan en el mercado con alto valor agregado. Para la empresa, esta inversión representa una forma de producir más con menos, bajo condiciones tropicales y con valor competitivo internacional.
Mensaje de país para el mundo
Ambas ganaderías coinciden en que el caso de esta Brahman de élite es una ventana para mostrar la capacidad productiva de Colombia en el ámbito ganadero. Su genética, rendimiento y comercialización confirman que la ganadería nacional tiene el potencial para competir con estándares internacionales.
“Queremos que el mundo vea que esto no es suerte ni moda. Es trabajo, análisis, ciencia, pasión. Y sobre todo, es una invitación a mirar el campo colombiano como una fuente de desarrollo, innovación y oportunidades reales de inversión”, concluyeron desde JPS.