Los pastos constituyen el principal recurso para la alimentación bovina en el trópico. Uno de los factores limitantes de las gramíneas tropicales es su bajo contenido de proteína y baja digestibilidad lo cual influyen negativamente en el consumo.
La calidad del forraje está asociada con el estado de crecimiento de la planta, el tipo de planta y los factores del medio ambiente. Las cifras permiten apreciar que el pasto es mucho más barato que ningún otro alimento y que, alimentar con concentrados y granos siempre será de menor beneficio económico, siendo un complemento estratégico.
Por lo tanto, la empresa ganadera tiene que manejar bien los recursos económicos, siendo en gran medida de la producción del pasto y a utilizar prácticas alimenticias de bajo costo.
La temperatura, la humedad relativa, la radiación solar, las corrientes de vientos, el régimen de lluvias y demás factores ambientales, sin duda alguna ejerce una gran influencia sobre todo el ecosistema ganadero. Las épocas de intenso verano, y también las de intenso invierno, típicas de la zona tropical, resultan demasiado críticas para que este ecosistema pueda mantener un equilibrio en el transcurso del tiempo.
Las crisis del verano o el invierno se traduce en disminución severa en la producción de pastos y forrajes, en consecuencia, escasez de alimento para los animales, quienes a su vez como si se tratara de una protesta por hambre, deciden disminuir su producción. La traducción de todo esto, sencillamente es, menos carne, menos leche y menos crías (M. Rúa – 2010).
La eficiencia de uso de alimentos es una característica compleja que comprende varios procesos biológicos –el consumo de alimentos, su digestión y la eficiencia metabólica de uso de los nutrientes absorbidos, por lo que variará dependiendo de características particulares de los alimentos, la genética animal, la etapa de desarrollo y estado fisiológico, así como de los efectos del ambiente.
Comprender, cuantificar y manejar estas relaciones en condiciones de pastoreo torna aun más compleja a esta variable, ya que factores no-nutricionales actuando a nivel de la interfase planta-animal imponen potenciales restricciones a la cosecha del alimento afectando del patrón de consumo, la calidad la dieta a través de la selectividad, y la digestión ( A. Simeone - 2005).
El valor nutritivo de los pastos está determinado por la cantidad de nutrientes que lo conforman (composición química), cantidad de nutrientes consumidos (consumo) y el grado de aprovechamiento que los animales hacen de ese consumo.
Según Arthur et al. (2004) la variación entre animales en consumo de alimento y crecimiento observada a través de un enfoque integrado de la investigación a nivel de la interfase de nutrición y genética, plantea el desafió futuro para la investigación de desarrollar modelos capaces de describir, no sólo la performance media, sino la varianza debida al ambiente y los efectos genéticos.
La eficiencia de animales en pastoreo está determinada, fundamentalmente, por la eficiencia y sustentabilidad del sistema pastoril en si mismo, ya que el resultado, medido como producto animal por unidad de área de pastoreo, dependerá de la productividad de las pasturas, la cual a su vez será afectada por el manejo del pastoreo.