Es importante diferenciarla de la cría de animales de compañía o de la de especies amenazadas, por ejemplo, que no se corresponden con el concepto tradicional de ganadería.
Se habla de ganadería, normalmente, cuando los animales se desarrollan en un estado de domesticación, siendo su aprovechamiento, principalmente, el de la carne, la leche, el cuero, los huevos, entre otros productos.
La acuicultura puede identificarse como un tipo de ganadería acuática.
Además de la actividad, también se denomina ganadería al conjunto de instalaciones de una explotación ganadera, o al conjunto de reses de un propietario o instalación.
Ganadería Extensiva e Intensiva
Más recientemente, el desarrollo científico y tecnológico ha permitido aumentar la eficacia en la cría de ganado mejorando las condiciones sanitarias y, en general, las condiciones de mantenimiento de los animales.
Esto ha llevado al desarrollo de la ganadería intensiva frente a la tradicional forma extensiva de aprovechamiento.
La ganadería extensiva consiste en la cría y mantenimiento de los animales en extensiones más o menos amplias por las que los animales vagan con cierta libertad buscando su propio alimento o siendo suplementados con aportes extraordinarios. (Lea: Los sabores de la carne: influencia desde el animal vivo hasta la cocción)
La cría intensiva, por el contrario, se realiza en un régimen de concentración y, en casos extremos, los animales nunca llegan a salir de las naves de cría y engorde de las granjas.
Especies Ganaderas
Se distinguen vartipos de ganadería en función de las especies, por otra parte variadas, objeto de explotación.
Así, además de la ya conocida cría de ganado vacuno, ovino o caprino, se puede distinguir la cría de conejos (cunicultura), la de aves (avicultura), etc.
Casos peculiares los constituyen la apicultura, ya que se trata de la cría extensiva de un insecto, o la lombricultura, que se desarrolla para la obtención de mantillos.
En la actualidad existen incluso explotaciones dedicadas a la cría de grillos para su uso en la alimentación de animales de compañía tan peculiares como los reptiles.
Otras ganaderías son las desarrolladas con destino a la industria peletera, siendo su máximo exponente la cría de visones. (Lea: La ganadería no es el 'aptito feo' del medio ambiente)
La Ganadería y Medio Ambiente
Esta actividad ha estado siempre ligada de modo muy directo a la naturaleza, si bien el desarrollo de la ganadería intensiva en régimen de estabulación la ha independizado del medio exterior.
No obstante, especialmente en los casos de explotaciones con densidades altas, se producen residuos, los purines, que pueden ser reutilizados para la producción de abonos agrícolas pero que pueden, también, ocasionar importantes problemas de contaminación si no son adecuadamente tratados.
La ganadería extensiva puede ser, por otro lado, un sistema de explotación altamente compatible con la conservación del medio natural, al hacer un uso del territorio a baja concentración que no tiene por qué acarrear problemas importantes de concentración de residuos, a la vez que, en muchos casos, las fincas ganaderas se convierten en pequeñas reservas naturales.
Ganadería Extensiva: Un desarrollo amenazante o necesario, ¿ que se debe hacer?
En términos generales, se acepta que la ganadería extensiva es más compatible con la conservación de la biodiversidad y los suelos que la agricultura a gran escala o la urbanización.
Sin embargo, si se compara la ganadería extensiva con la exclusión completa de actividades agropecuarias ( en un área protegida), la ganadería puede resultar claramente perjudicial, relativamente neutra.
La escasez de relictos sin ganadería, la heterogeneidad intrínseca del paisaje y la complejidad de los efectos del ganado dificultan los estudios relativos a la relación existente entre ganadería y conservación, lo cual genera extensos debates.
La carga ganadera de un sitio influye sobre su biodiversidad, su suelo y su producción por unidad de superficie.
El impacto de la ganadería como actividad comercial dependerá de la divergencia entre la carga ganadera que produzca los máximos ingresos para conservar la biodiversidad y el suelo.
Políticas que atizaron la deforestación
Para ocuparse del nexo entre producción pecuaria y deforestación son necesarias iniciativas políticas de gran alcance en diversos frentes. (Lea: Agroturismo, medio ambiente y tecnología, en un solo paquete)
Como punto de partida esto se traduce en eliminar todo vestigio de las políticas que atizaron la deforestación en muchos países hasta una fecha reciente.
Algunas de esas políticas son:
Proyectos de construcción de carreteras que abren zonas boscosas para la actividad minera, la tala, la creación de asentamientos humanos y el comercio; políticas fiscales y subvenciones con el fin de apoyar la expansión de la producción de bovinos y las exportaciones a fin de acelerar el crecimiento económico y fortalecer la balanza comercial y las divisas.
Proyectos de migración y colonización orientados a reducir las presiones demográficas y la pobreza poniendo tierras a disposición de las familias dispuestas a trasladarse a zonas forestales donde hay poca densidad demográfica.
Planes de titulación de tierras que alentaron la deforestación al permitir la expropiación de tierras forestales “subutilizadas” y conceder a agricultores y ganaderos la propiedad legal de tierras que ellos han talado y ocupado.
Políticas que desaceleran el proceso general de deforestación
Otra serie de políticas para contener el proceso general de deforestación también puede contribuir a reducir la conversión de las tierras boscosas a pastizales, incluso medidas para: mejorar la planificación del uso de la tierra.
Esto exige supervisión y análisis profundo de la deforestación a fin de determinar las causas y los efectos y localizar las zonas que corren más riesgos.
Desalentar la construcción y mejoramiento de carreteras en la mayor parte de las zonas forestales. La experiencia demuestra que donde se construyen carreteras, es casi seguro que siga la deforestación.
Establecer y reforzar las zonas protegidas, a través de procesos participativos en los que intervengan las comunidades vecinas.
Crear zonas de protección y corredores biológicos entre los segmentos de bosque que queden, en los que se prohíba o limite estrictamente la cría de ganado.
Ampliar los derechos de los indígenas a las tierras y crear regímenes de propiedad común en apoyo al uso y la gestión sostenibles de los recursos forestales por las personas no indígenas.
Toda esta serie de normativa aunque parecen un poco drástica con el sistema ganadero, beneficiaran enormemente a los intereses de toda la población del mundo.
fuente: www.latierraysudestino.blogspot.com