El cultivo de soya sigue creciendo en Colombia

Esta leguminosa tiene diferentes usos entre los cuales está la alimentación para el ganado bovino, porcino y avícola pero su producción aún es insuficiente por lo que una parte se importa.

Según la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce), este cultivo ha presentado un auge importante en la zona de la altillanura del Meta donde en el primer semestre 2022 se sembró el 97 % del área nacional, equivalente a 41.572 hectáreas con una producción de 112.243 toneladas.

Por su parte, en el departamento del Valle del Cauca se cultivó el 2,3 % del área para el primer semestre del año anterior equivalente a 1.000 hectáreas y con una producción de 3.000 toneladas.

En comparación con el primer semestre de 2021, el área sembrada de soya aumentó en 7,4 % en el territorio nacional. Esto también se refleja en un incremento de la producción en 3,7 %, pasando de un total nacional de 111.595 toneladas en el primer semestre 2021 a 115.753 t en primer semestre de 2022, con un rendimiento promedio nacional de 2,5 t/ha para ambos períodos. (Lea: La torta de soya, una gran fuente de proteína para el ganado)

Para el segundo semestre de 2022, los datos proyectados, es un incremento en las áreas sembradas, dado el aumento en la demanda de esta leguminosa y los buenos precios en los que se comercializa, esperando sembrar 12.500 hectáreas de los cuáles, Meta Altillanura tiene la participación del 64 % de las áreas sembradas.

Por su parte, se resalta el incremento de la participación del Piedemonte del Meta con el 24 %, dada la decisión de algunos productores de sembrar soya por primera vez. Entre tanto, el Valle del Cauca sería responsable del 12 % de las áreas sembradas.

Con la expectativa de incrementar el rendimiento a 2,6 toneladas por hectárea, casi el doble comparado un año atrás y manteniendo los rendimientos del segundo semestre de 2022, se espera un incremento de más del 100 % en la producción, donde Meta Altillanura tendría una cosecha de 20.000 toneladas, seguido por Meta Piedemonte con 6.600 toneladas y por último Valle del Cauca con 4.500 toneladas.

Es importante aclarar que, el consolidado del primer semestre de 2023 se obtiene hasta después de la primera cosecha del presente año. Los datos que se tienen son el consolidado de 2021, primer semestre de 2022 y una proyección del segundo semestre de 2022, aclaró Fenalce.

Las semillas que se siembran en el país son casi en su totalidad certificadas y corresponden a las variedades de Fenalce FNS 01, Brasilera 1, Brasilera 2, Paranaense; y otras semillas como SK-5, SK-7, SSK, Astro 1, Astro 2, Astro 6, Astro 9, Ariari1, Cimarrona y P-34. (Lea: ¿Por qué la harina de soya se ha convertido en un ingrediente esencial en raciones de bovinos?)

De otra parte, Miguel Rojas, representante de los agricultores en la cuota parafiscal de maíz, en una entrevista con Revista Agrollanos indicó que es recomendable que después de la siembra de una gramínea como arroz, maíz o sorgo, se haga rotación con soya.

Sostuvo que la genética es la responsable del éxito o el fracaso de un cultivo y en ese sentido Fenalce ha venido haciendo un trabajo importante de investigación para ofrecer nuevos materiales de alta productividad tanto para la altillanura como para el piedemonte llanero.

En la medida en que se va mejorando el material como el que se tiene ahora de alto rendimiento también es necesario manejar las prácticas agronómicas como la fertilización.

Se ha venido haciendo una tarea conjunta para que se publiquen esos materiales y los agricultores tengan disponibilidad y ese ha sido el éxito alcanzado, ya en multiplicación se habla de un trabajo importante para ofrecer esas variedades que tienen buenos resultados.

La gran mayoría de la semilla que se utiliza en soya es certificada y se multiplica principalmente en el Valle contando con materiales de muy buena calidad, concluyó.