En la producción de este grano, una cosecha y postcosecha eficientes son determinantes para obtener un producto de calidad, reducir pérdidas y mejorar la rentabilidad del cultivo. Siga las recomendaciones de estos especialistas que le garantizarán un mejor rendimiento del cereal.
La recolección, el secado, el almacenamiento y la prevención de plagas juegan un papel fundamental en los procesos de cosecha y postcosecha del maíz.
Según una investigación hecha por el ingeniero agrónomo salvadoreño Héctor Deras Flores, la cosecha debe realizarse cuando el maíz alcanza su madurez fisiológica, identificada por la presencia de una capa negra en la base del grano.
En este punto, la calidad está en su máximo nivel, y cualquier retraso en la recolección puede provocar deterioro debido a la humedad, la infestación de plagas o el ataque de hongos. (Lea en CONtexto ganadero: El maíz en la ganadería, una fuente de alimentación para el bovino)
Henry Mateus, ingeniero agrónomo colombiano, resaltó que “la recolección debe hacerse con precisión, asegurando que la mazorca no se dañe. Además, indica que es ideal realizar el corte a 5 o 10 cm del suelo, aprovechando solo la parte aérea de la planta, lo que facilita el procesamiento del material vegetal residual y su aprovechamiento en la alimentación de los animales”.
Para el momento de la postcosecha, es esencial que haya un manejo adecuado del grano, de tal forma que se mantenga su calidad y se eviten pérdidas económicas. A nivel mundial, se estima que alrededor del 10 por ciento del total de la producción se pierde en la postcosecha, mencionó Deras Flores.
Reducir riesgos
Para minimizar estos riesgos, los expertos recomiendan:
- Secado adecuado: Si el grano no se seca correctamente, aumenta el riesgo de deterioro y proliferación de microorganismos.
- Limpieza del grano: Hay que mantener la mazorca libre de impurezas para que se evite la proliferación de insectos, hongos y se retrase su deterioro.
- Almacenamiento seguro: Se recomienda el uso de silos herméticos o espacios acondicionados para conservar la planta por más tiempo.
- Control de plagas: Aplicar productos en los depósitos y equipos utilizados en el almacenamiento que puedan prevenir el ataque de plagas como gorgojos y termitas.
Plagas y almacenamiento
Las plagas representan una amenaza en la postcosecha. Los insectos pueden causar daño directo, destruyendo el pasto y la mazorca al alimentarse de él, o daño indirecto, provocando el calentamiento del mismo, generando mal olor y favoreciendo el desarrollo de hongos.
Mateus enfatizó que, “después de la cosecha, es recomendable que el productor vuelva a sembrar y prepare el suelo para el siguiente ciclo productivo. Una opción eficiente es mezclar los residuos del cultivo con pastos como mombaza, lo que mejora la calidad del forraje y permite su aprovechamiento en la alimentación de los bovinos”.
Seguir las recomendaciones de los expertos en cuanto al momento de cosecha, secado, almacenamiento seguro y control de plagas puede hacer la diferencia entre una producción exitosa y pérdidas importantes para el productor. (Lea en CONtexto ganadero: ¿El maíz pierde peso después de ensilarse?)