Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
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Por - 16 de Septiembre 2013
La ganadería colombiana, de cara a los retos que enfrenta en el inmediato futuro para su adecuada inserción en los mercados internacionales de carne y leche (TLC con EE UU y TLC con UE), debe aprender a manejar y enfrentar de manera permanente no solo los daños ocasionados por las alteraciones climáticas, sino también la estacionalidad de la producción.
Con las fluctuaciones cíclicas en los volúmenes de oferta y precios de los mismos (MADR – Octubre 2012); para ello se debe empezar por mejorar la capacidad de carga, que en la actualidad no supera una cabeza de ganado bovino por hectárea, e implementar la Planeación Forrajera (PF) para evitar las pérdidas de peso y mejorar los parámetros productivos y reproductivos.
A todo lo anterior hay que agregar otros factores que incrementan el esfuerzo que se requiere para tener modelos de alimentación eficientes y sostenibles, como son: 1) El cambio climático que produce crudos inviernos y veranos inclementes, 2) La necesidad de llevar al mercado productos de mejor calidad; influenciada en un porcentaje importante por el tipo de alimentación, y 3) la obligación de hacer un uso sostenible de los recursos naturales, a lo largo de todo el proceso de productivo.
Recordemos que la mayoría de las empresas productoras de ganado bovino, se fundamentan con la producción y uso de pasturas; además, 70% de las pasturas se producen en la época de invierno y el 30% en verano. También hay que considerar que la mayoría de las pasturas que utilizamos son de pobre calidad nutritiva, ya que son muy pocos los predios ganaderos en el País que realizan algún manejo a las praderas, como recuperación y/o renovación de praderas, o el establecimiento de praderas con forrajes mejorados. (Lea: Diversificar forrajes, clave para mejorar la nutrición bovina)
La carga animal está definida como la relación existente entre el número de animales y el área total de terreno utilizado en un tiempo específico; es decir, la relación terreno - animal sobre el tiempo. El término incluye el total del terreno que involucra el sistema de pastoreo y soporta el total de animales, incluyendo las áreas que son destinadas para cultivo. Cuando se habla de capacidad de carga, se hace referencia a la máxima carga animal que permitirá alcanzar un objetivo de rendimiento animal, durante un tiempo determinado, en un sistema de pastoreo específico, sin deterioro del terreno de pastoreo; es decir, obtener el máximo beneficio de una pradera sin deterioro del ecosistema.
El éxito de la ganadería bovina en pastoreo, radica del uso apropiado del recurso forrajero. La sobreexplotación de las praderas se produce cuando la oferta de alimento en un área determinada es inferior a la demanda alimenticia de los animales, y nos indica que hay un número de animales muy elevado para esa área específica. Esto no es sostenible y en definitiva no es recomendable por sus impactos sobre la relación suelo - planta - animal (compactación o erosión del suelo, menor producción de alimento y por ende menor comportamiento productivo). Por otro lado, la subutilización significa menores aprovechamientos indicados como un desperdicio de capacidad, debido a que este superávit de alimento puede utilizarse para alimentar más animales, aumentando la carga animal; igualmente con este exceso de forraje se podrían implementar estrategias de conservación de forrajes (ensilaje, henificación, henolaje) para soportar épocas críticas de sequias o lluvias intensas. Esto logrará hacer más eficiente el uso de las praderas. A la vez este exceso de alimento representa problemas de manejo al permitir la invasión de malezas.
(Foto: Fedegán)
El sistema de pastoreo afecta directamente la capacidad de carga, aumentándola cuando se aplica un pastoreo rotacional intensivo, y disminuyéndola cuando hay un pastoreo continuo. Estos dos conceptos metodológicos de pastoreo distan entre sí por el nivel de manejo que implica cada uno, siendo mayor para el intensivo, que para el continuo.
Allen et al. (2011) definen la Unidad Animal (UA), como un bovino maduro, no lactante en segundo tercio de gestación que pesa 500 kg y se alimenta al nivel de mantenimiento con cero ganancia de peso (consumo de 8,8 kg de Materia Seca (MS)/día; NRC, 1984), o el equivalente, expresado como peso metabólico (Peso Vivo 0,75), en otra clase de animales.
García y Lopez (2008) se refieren a la UA como un vaca de 450 kg, ya seca, o con una cría de hasta 6 meses de edad, que consume 12 kg de MS/día. La Unidad Animal (UA) es un concepto ampliamente usado para expresar la cantidad de animales que pueden mantenerse en un área determinada (carga animal); este permite hacer equivalencias entre diferentes tipos, especies, estados, entre otras características, de animales, mediante varios factores de conversión. (Blog: ¿Cómo se deben conservar los forrajes en épocas críticas?)
La UA, considerando que en la mayoría de los casos, el ganado ha sido mejorado, es igual a 450 kg (Rosemberg, M; 2000); lo que es equivalente a una Unidad Gran Ganado (UGG) que también es igual a 450 kg.
¿Cuantos novillos de 250 kg cabrían en donde hay 100 vacas de 450 kg? Como se observa en la Tabla 1, hay un valor equivalente de Unidad Gran Ganado para un novillo de ese peso, así que se obtendrá como resultado: 100 / 0,56 equivalente de UGG = 178. Este resultado indica que donde pastorean 100 vacas con las características ya mencionadas, pueden pastorear 178 novillos.
Equivalentes de Unidad de Gran Ganado.
| | | | --- | --- | | Peso Vivo (kg) | Equivalente UGG (Peso Vivo 450 kg) | | 200 | 0,44 | | 250 | 0,56 | | 300 | 0,67 | | 350 | 0,78 | | 400 | 0,89 | | 450 | 1,00 | | 500 | 1,11 | | 550 | 1,22 | | 600 | 1,33 | | 650 | 1,44 | | 700 | 1,56 | | 750 | 1,67 | | 800 | 1,78 |
Para calcular la cantidad de animales que puede soportar un terreno, se debe estimar en primera instancia , cuál es la cantidad de forraje producida en el área y cuanto es el consumo potencial de alimento de los animales.
García y López (2008), reportaron que el consumo de materia seca del ganado bovino de carne y doble propósito puede variar entre un rango del 2 - 3 % del peso vivo del animal. De manera general, se calcula que una vaca de 450 kg de peso (una UGG) consume aproximadamente 12 kg de Materia Seca (MS)/día (2,6 % de su peso vivo expresado en MS; o aproximadamente el 10 % del peso vivo, equivalente a 45 kg de material forrajero fresco).
Por los conceptos expuestos anteriormente, debemos empezar a calcular mejor la capacidad de carga, identificar y definir los procedimientos técnicos y económicos que permitan proveer los nutrientes deficientes en la pastura y/o mejorar el proceso de digestión de estos; así, se puedan llenar los requerimientos de los nutrientes por parte de los semovientes. (Lea: Ganaderos del país se capacitan en selección de forrajes y salud animal)
Pero para lograrlo se debe trabajar en mejorar la estimación de la capacidad de carga, establecer una planeación forrajera y lo que no se pueda producir en la empresa ganadera, se daría por medio de una suplementación estratégica.
Actualmente estamos promocionando entre los ganaderos y técnicos el concepto de “Planeación Forrajera”, esta herramienta nos permite incrementar la productividad de los sistemas de producción bovina mediante la recolección de información y la generación de recomendaciones que mejoran la productividad en la empresa ganadera. Implica tener en cuenta los requerimientos de forraje y su disponibilidad, así como la estacionalidad de su producción. Con estos se pueden establecer los días de ocupación y periodos de descanso adecuados para las áreas del predio (pastoreo, bancos de proteína y pastos de corte). De igual manera, nos permite conocer en cuáles épocas del año se tendrá déficit y en cuáles superávit, para garantizar la producción forrajera durante todo el año; y si es el caso, entrar en procesos de suplementación y/o conservación de forrajes.
Por lo tanto, la empresa ganadera no puede tener el número de animales que el ganadero quiera, sino el que se ajuste a una real capacidad de carga, para que el ganado pueda alimentarse con el material generado de los recursos forrajeros del predio y si es necesario con una suplementación estratégica (henos, silos y suplementos alimenticios).
Además, sólo hay que tener en la ganadería, el ganado que se cuantifique por medio de una capacidad de carga adecuada. Por esta razón todo ganadero debe planear con la debida anticipación la alimentación de sus animales.
Como parte de la planeación forrajera, se deben realizar aforos de las gramíneas y de los arbustos forrajeros, lo cual nos permite obtener los promedios de producción de biomasa por cada potrero y por cada rotación de los potreros de pastoreo y con Sistemas Silvo Pastoriles Intensivos - SSPi asociados a arboles maderables o frutales y calcular en forma correcta la capacidad de carga y el número de rotaciones, días de ocupaciones y días de descanso. (Lea: El éxito de las parcelas demostrativas)
(Foto: Fedegán)
Además, de la realización de los aforos y de calcular la adecuada capacidad de carga, se deben enviar muestras de los forrajes a los laboratorios para poder conocer la composición nutricional de los alimentos como son: las gramíneas, las leguminosas y otros materiales forrajeros provenientes o no de los sistemas silvopastoriles, logrando entonces estimar el adecuado balance de los nutrientes disponibles a los animales en términos de energía, proteína, minerales y vitaminas para mantenimiento, trabajo, crecimiento, gestación y lactancia.
La planeación forrajera está diseñada para lograr romper el efecto negativo de la estacionalidad de la producción que es dramática en las regiones, donde el ganadero debe vender buena parte de sus animales (algo que pocas veces hace), o castigarlos a todos en su producción, con una disminución de la condición corporal, retrasos en el proceso reproductivo y en ocasiones con incrementos en los porcentajes de morbilidad y mortalidad.
La segunda estrategia consiste en el ajuste de la capacidad de carga que se realiza monitoreando permanentemente la producción de biomasa y determinando la presión de pastoreo en la rotación de potreros. Igualmente, se aforan las áreas de corte y se lleva la contabilidad de todos los forrajes producidos en el predio. Por lo tanto, dentro de la planeación forrajera, hay que tener en cuenta, los cálculos de la oferta forrajera para todas las áreas del predio destinadas a producción de forrajes para poder alimentar el ganado durante el periodo de verano o de otra etapa crítica (inviernos intensos).
En conclusión la Planeación Forrajera es una herramienta dinámica, ya que la información se va retroalimentando en el tiempo, lo cual permite ajustar la carga animal a partir de la oferta forrajera, optimizando la capacidad de carga; de igual manera permite, estimar el forraje disponible y suficiente para suplir las necesidades de todos los animales; o en caso contrario, definir si se disminuye la capacidad de carga, se suplementa con forrajes conservados o se adquiere subproductos agro industriales o alimentos balanceados en el mercado; con esto se logrará convertir a las empresas ganaderas en agro negocios más competitivos y amigables con el medio ambiente.
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