Control de parásitos en ganado
Foto: Perulactea.

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Parásitos externos, alteración directa en producción láctea y cárnica

Por - 15 de Octubre 2013


La calidad de los productos cárnicos y lácteos se puede ver afectada por los efectos colaterales que sujrgen a partir del uso de los antiparasitarios en las diferentes regiones del país.

En las regiones tropicales y subtropicales a nivel mundial las garrapatas, moscas hematófagas y nematodos gastrointestinales son los principales parásitos que causan problemas sanitarios en los semovientes y de índole económica en los hatos.

En Colombia, uno de los principales propósitos del sector ganadero es asegurar la competitividad de la carne y de la leche para incursionar en los mercados internacionales con los diferentes Tratados de Libre Comercio, TLC, que ha suscrito el país recientemente. (Lea: Las garrapatas toman fuerza si no se eliminan profesionalmente)

Esta competitividad depende de dos factores: costos de producción y calidad del producto, aspectos sobre los que se deben prender las alarmas para tomar acciones sobre el manejo apropiado del control de parásitos y de moscas, de tal manera que los residuos antiparasitarios no alteren la producción y, sobre todo, los productos.

Efraín Benavides Ortiz, médico veterinario y docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de La Salle en Bogotá, asegura que en el tema de los costos de producción, se refiere a las pérdidas debidas a los parásitos, como muertes de animales, menores ganancias de peso y disminución en la producción de leche.

También se registran pérdidas en cuanto a los gastos en control, compra de productos, equipo y personal para su aplicación y el costo de la resistencia a los antiparásitos. Y en lo relativo a la calidad del producto, desde la perspectiva del control parasitario, tiene que ver con el riesgo de la presencia de residuos de antiparasitarios en la carne o en la leche”, asegura Benavides Ortiz.

En lo que se refiere al control de parásitos externos, es importante decir que estos pueden significar una reducción en los niveles de productividad por el efecto directo de molestia, ingestión de sangre, alteración del bienestar animal y transmisión de patógenos. (Lea: Hambre y parásitos causan la muerte de 223 reses en Patillal)

Para Eduardo Vargas, médico veterinario de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, esa estadía que tienen los parásitos en el semoviente, produce en el animal un nivel de estrés que repercute en diversos factores.

En el caso de las garrapatas, se pegan a la piel y comienzan a absorber una cantidad sustancial de sangre, lo que trasciende en que el animal baje sus glóbulos rojos, empiece a producir defensas y se estrese”, añade el funcionario del gremio bovino.

Foto: Silvestre Salazar

Asimismo, Vargas indica que aunque los animales no mueran y sean resistentes, el solo hecho de que tengan un parásitos y los estén incomodando, estos estarán bajando de peso y serán rezagados en el grupo.

Como hay niveles de estrés, el animal no come. Entonces, si no se alimenta, no gana peso y no produce leche, porque todo lo que comen lo producen en carne o lácteo. El laboratorio de ellas es el rumen y si no comen, todas las bacterias que transforman la celulosa no tienen cómo alimentarse ni cómo producir ácidos grasos volátiles, que es con lo que el semoviente produce”, explica Eduardo Vargas.

Sin embargo, la sola presencia de parásito no significa pérdidas, pues existen niveles tolerables de parásitos y bajo muchas condiciones no es recomendable mantener totalmente limpio el ganado.

Los productos que el ganadero usa para internar su control, reflejan un gasto adicional en los insumos de la canasta ganadera, no sólo por el costo del compuesto y de las herramientas de su aplicación, sino por su desgaste e ineficacia debido al problema de resistencia a los antiparasitarios”, agrega Efraín Benavides.

Residuos, un tema de control

La calidad de la carne y de la leche puede verse afectada ante los efectos colaterales no deseados que parten del uso de los antiparasitarios, donde el riesgo de la presencia de residuos de pesticidas en los productos, dirigidos al mercado nacional o internacional, es un factor de preocupación del gremio ganadero.

Se deben prender las alarmas para que no nos sorprenda una situación de comercio, en la cual podamos perder mercados debido a los residuos de antiparasitarios y al claro riesgo de competitividad de este aspecto, para sistemas de producción ubicados en el trópico, que utilizan frecuentemente productos para el control parasitario”, subraya el docente universitario.

¿Cómo manejarlos?

La mejor alternativa, según Benavides Ortiz, es el uso del Manejo Integrado de Plagas, MIP, concepto desarrollado para el control de plagas de cultivos agrícolas hacia finales del Siglo XIX, cuando se identificó a la ecología como el fundamento para alcanzar la protección de cultivos de forma científica. (Lea: ¿En qué consiste el control integrado de parásitos?)

El concepto MIP aplicado a la ganadería, implica el uso conjunto de diversas herramientas y estrategias químicas y no químicas de control, para lograr la mayor eficiencia en su combinación, manteniendo los parásitos a niveles inferiores a sus umbral de daño, minimizando el uso de químicos”, agrega el experto.

Ese manejo integrado del problema parasitario, busca combinar varias herramientas de control, a efectos de desestabilizar la formación de aquellas poblaciones parasitarias con mayor proporción de individuos genéticamente resistentes, manteniendo un nivel adecuado de productividad en los sistemas de producción ganadera.

Una aplicación efectiva de un programa de MIP, aplicado a la ganadería para alcanzar un adecuado nivel de control parasitario de forma integrada y retardar el desarrollo de resistencia a los compuestos, requiere una comprensión de diversos factores del sistema de producción”, concluye el médico veterinario Efraín Benavides Ortiz.

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