calidad del heno
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Herramientas para determinar la conservación de los nutrientes del heno

Por - 15 de Diciembre 2014


El principal objetivo de la conservación de un forraje es mantenerlo almacenado sin perder la calidad inicial.

La henificación es un método de conservación de forrajes secos, producida por una rápida evaporación del agua contenida en los tejidos de la planta (Clemente et al. 2013). (Lea: La Guinea Massai, un forraje novedoso y nutritivo)

Lo primordial en la elaboración del heno es bajar la humedad lo más rápido que sea posible, minimizar la actividad celular y la de microorganismos existentes, y de esta forma mantener la calidad del forraje durante varios meses (Murcia, 2013).

Obsetivos de la conservación de forrajes en forma de henos

El principal objetivo de la conservación de un forraje es mantenerlo almacenado sin perder la calidad inicial, teniendo en cuenta la edad, la cual garantiza el volumen, valor nutritivo y por lo tanto el potencial productivo; estos valores varían para gramíneas y leguminosas. El heno al ser un forraje conservado ayuda a contrarrestar la falta de alimento en épocas de escasez, y a equilibrar las dietas de los animales durante todo el año; permitiendo aumentar la producción animal (litros de leche y kilogramos de carne por hectárea) del sistema (Franco et al. 2007). (Lea: Usar nitrógeno en los forrajes garantiza proteína para las reses)

El heno puede ser utilizado por rumiantes, equinos, caprinos y también en proporciones bajas como suplemento en la dieta de animales monogástricos; proporciona nutrientes menos costosos que los ofrecidos por los alimentos balanceados. El nivel de suplementación para bovinos puede estar entre 0.5 a 1.0 % del peso vivo en MS (lo que en términos prácticos significa entre 2 y 5 kg de heno por animal).

Aspectos a considerar para la conservación de los forrajes

Biológicos: Conservación evitando la pérdida de nutrientes; preservación impidiendo efectos negativos en la salud animal; y durabilidad del alimento conservado, con un valor nutritivo estable. (Lea: Mejorar la calidad del suelo: el secreto para ser agricultor y ganadero a la vez)

Tecnológicos: Optimizar la potencialidad productiva de los forrajes; utilizar eficientemente los recursos disponibles ya sean materiales y humanos; elegir la mejor opción en función de los recursos disponibles.

Económicos: El balance debe ser positivo; es decir, que la inversión no debe ser mayor que los ingresos; los incrementos productivos no deben implicar pérdida de eficiencia (Franco et al. 2007).

Henificación y conservación de los nutrientes

La henificación se basa en la desecación de los forrajes que detiene los procesos biológicos en los mismos y limita la acción de los microorganismos. La preservación depende del secado rápido y la pérdida de humedad suficiente, consiguiendo ser un heno óptimo al lograr una humedad del 10 – 15 %. (UNAL, 2012).

En la imagen se presentan los niveles de materia seca adecuados a

partir de diversos métodos de conservación de forrajes. 

A continuación se presenta el proceso fisiológico en el cual la planta pierde humedad hasta lograr su regulación osmótica y celular.

Curva dinámica de pérdida de humedad de forraje: Tomado de: Clemente et al. 2013.

La eficiencia de la henificación como método conservación de forraje depende de la humedad final. Si se logra un buen secado, el forraje puede almacenarse en forma de heno sin que se deteriore la calidad. Se ocasionan pérdidas de nutrientes cuando la humedad final del heno supera el 20 % y la temperatura ambiente los 40 ºC, al facilitar el crecimiento de hongos (UNAL, 2012).

Las especies forrajeras más utilizadas para henificar son las gramíneas Angleton, Pangola, Estrella y Mulato; estas pueden ser utilizadas solas o en asociación con leguminosas como Caupi, Lablab, Cratylia y Alfalfa. (Lea: El ganado bovino no solo come pastos)

Si bien la especie forrajera es importante, lo que determina la calidad del heno es el momento del corte. A medida que el pasto crece y madura, se incrementa la cantidad de materia seca por hectárea, pero va descendiendo el contenido de proteína, la digestibilidad y la capacidad de ser consumido en forma voluntaria por el animal. Es por esto que se busca realizar el corte de una pastura para henificar cuando se dé un balance adecuado entre producción de materia seca (óptimo económico) y calidad nutricional del forraje (óptimo biofísico).

Materia seca versus calidad nutricional: Momento oportuno de aprovechamiento. 

Tomado y modificado de: Van Soest. 1983

En general, se busca optimizar la relación entre rendimiento de materia seca y calidad, cuando la pastura empieza a florecer (prefloración). Cortado antes se obtiene un heno de muy buena calidad pero el rendimiento de materia seca es inferior.

Evaluación de la calidad nutricional del heno

La evaluación técnica para determinar la calidad de los henos es un gran apoyo para los productores, ya que se convierte en un soporte para tomar decisiones, no solo para saber cuáles henos utilizar sino también para determinar el precio a pagar por los mismos.

Los ganaderos deben realizar dicha evaluación cada vez que vayan a suministrar el alimento a los animales en el caso que el heno sea producido en el predio, o en el momento que se acuda a la compra de los mismos. Es importante conocer las características de los mismos para que se usen y/o adquieran sólo si cumplen con las condiciones de calidad adecuadas para ser suministrados a los bovinos. (Lea: Pastos de corte, ideales para el trópico)

A partir de estas premisas se realizó una evaluación técnica, en la que se tomó como base la composición nutricional de los henos, que a su vez, surgió de hacer una revisión de literatura que incluía análisis de calidad nutricional. Además, se complementó con una evaluación organoléptica; lo que en conjunto, permitió elaborar una herramienta muy útil para los ganaderos sobre calidad e inocuidad de los henos.

Es de destacar que según la evaluación nutricional y organoléptica de los henos, en lo que se refiere a materia seca (MS), proteína cruda (PC), fibra en detergente neutro (FDN), fibra en detergente ácido (FDA), digestibilidad, inspección visual y olor; estos se clasifican en tres  niveles: Calidad 1 o Heno Premium; Calidad 2 o Heno Óptimo; Calidad 3 o Heno Estándar. (Tablas 1 y 2).

A continuación se presenta la evaluación de calidad nutricional de henos con forrajes de trópico alto (Raygrass) y trópico bajo:

Igualmente, la inspección organoléptica, es una manera rápida de evaluar la calidad de un heno. A continuación se da una guía de lo que se debe evaluar (Balbuena, 2013):

  • Proporción de hojas: Debe ser la mayor posible.

  • Color:    Verde brillante: Adecuado

Amarillo: Excesiva exposición al sol.

Capas blancas: Indicios de hongos.

Marrones (calentamiento): Temperaturas mayores a 50-60 ºC.

  • Olor y presencia de hongos: Junto con el color indican si se ha enfardado con la humedad adecuada.

Estos son algunos ejemplos sobre la calidad de henos que se producen en las zonas de clima cálido de Colombia, donde se puede observar que hay henos de gramíneas con calidad de heno Premium y henos con apenas de calidad Estándar, los cuales deben tener una diferente valoración y desde luego un precio diferencial.

Consideraciones finales

La henificación, es un método de conservación de forrajes; es decir, conserva los nutrientes de la planta, siempre y cuando se realice un secado rápido, se logre una materia seca final adecuada y se almacene correctamente.

Si estos principios se cumplen NO se deben presentar pérdidas en la calidad nutricional de los forrajes. Igualmente, al adquirir o producir un heno de óptima calidad, se garantizará una mejor rentabilidad dentro la empresa ganadera, e igualmente el productor de heno obtendrá mejores utilidades. (Lea: Cratylia, ideal para bancos forrajeros y recuperar suelos en trópico bajo)

Literatura consultada

Balbuena, O. 2012. Consideraciones sobre henos. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria – INTA. 2012.

Clemente, G. y Monge, J. 2013. Evolución del heno en Argentina, nuevas estructuras y tecnologías. Compendio de trabajos de investigación Universidad Nacional de Villa María en conjunto INTA y empresas del sector. 2013.

Franco, H., Calero, D. y Ávila, P. 2007. Alternativas para la conservación de forrajes. Proyecto: Evaluación de tecnologías por métodos participativos para la implementación de sistemas ganaderos sostenibles en el norte del departamento del Valle del Cauca. Gobernación del Valle del Cauca, Universidad Nacional de Colombia y CIAT. 2007.

Fundación Española para el Desarrollo de la Nutrición Animal. 2014. http://www.fundacionfedna.org/

Murcia, G. 2013. Manual de cómo elaborar un heno de buena calidad. Publicación para Fedegán – FNG. 2013.

Suttie, J. 2003. Conservación de heno y paja para pequeños productores y en condiciones pastoriles. Roma, Italia: FAO. 2003.

Universidad Nacional de Colombia. 2012. Cursos técnicos virtuales.

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