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Por - 03 de Mayo 2016
Varios ganaderos de Colombia han tomado la decisión de elaborar sus propios derivados lácteos para recibir más ingresos, ante el bajo precio que paga la industria por litro de leche.
Varios ganaderos de Colombia han tomado la decisión de elaborar sus propios derivados lácteos para recibir más ingresos, ante el bajo precio que paga la industria por litro de leche. Uno de esos casos lo vive el negocio Lácteos El Zapote, que se creó hace más de 2 años en Risaralda, luego de que Héctor José Tamayo, ganadero y dueño de los productos, tomara la decisión de producir quesos diferenciales. De acuerdo con Tamayo, han vivido dificultades con la producción láctea por el fenómeno de El Niño y la obtención de los recursos para registrar los quesos ante el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima. (Lea: Ganadero colombiano innova con queso hawaiano y jalapeño) Sin embargo, la meta para este primer semestre de 2016 es tener el registro Invima para los quesos y luego en los yogures. Con ello, proyecta comercializar a más volumen y en negocios diversos, debido a que la producción artesanal le ha impedido expandirse, aunque no niega que tiene clientes fijos que siempre han dado el visto bueno a sus productos. “Voy a tramitar el registro Invima. No lo hice antes por costos. Por cada producto son como $5 millones y no había podido”, manifestó el dueño de Lácteos El Zapote que, junto con 4 empleados y localizado en un predio arrendando en Valle del Cauca, produce quesos auténticos y yogures bajos en grasa, lo que atrae a nuevos consumidores. Uno de los lanzamientos de El Zapote es el queso 7 cueros, derivado llanero en tiras que también tendrá registro para comercializarlo en diferentes regiones. Sobre los yogures, el ganadero indicó que además de los hechos con sabor a melocotón y frutos rojos, produce uno natural bajo en grasa y con probióticos que ha sido aceptado. “Seguimos con quesos picantes, hawaiano, finas hierbas, pimienta y el 7 cueros. Con estos productores uno es más competitivo. Y pues yo soy de Villavicencio y gusta mucho el llanero, es como un quesillo”, indicó el ganadero, que añadió quela única forma de dejarlos de vender puerta a puerta es tener el certificado del Instituto. (Lea: Cadena láctea debe transformarse si quiere crecer) Las vacas de Tamayo producen 140 litros de leche al día y 70 % de esta producción se procesa. La proyección en 2016 es transformar el total del lácteo y llegar a comprarlo a fincas aledañas para aumentar la generación de quesos y yogures. La innovación y la calidad pagan Marcela Gutiérrez, gerente de venta de sabores de la empresa Mane en la región Andina, aseguró que los productos lácteos con valor agregado pisan fuerte, tanto por mostrar nuevos sabores como por ser más naturales. Luis Felipe Yucumá, gerente de Quesos Altania, indicó que el proceso de elaboración de derivados de alta calidad es considerar las buenas prácticas de manufactura ydefinir si se comercializará un producto artesanal, semi industrial o empresarial para saber qué maquinaria implementar.
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