curtiembres Chocontá Villapinzón
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Negocio de curtiembres podría desaparecer en Cundinamarca

Por - 24 de Julio 2014

Las 151 familias que por más de 50 años han curtido la piel de bovino en los municipios de Chocontá y Villapinzón, en Cundinamarca, tienen sus negocios paralizados por contaminar el río Bogotá. Todos están a la espera de que el Gobierno los ayude a formalizarse y no solo los sancione.


Las 151 familias que por más de 50 años han curtido la piel de bovino en los municipios de Chocontá y Villapinzón, en Cundinamarca, tienen sus negocios paralizados por contaminar el río Bogotá. Todos están a la espera de que el Gobierno los ayude a formalizarse y no solo los sancione.

En febrero de 2014, el Consejo de Estado falló en contra de las tradicionales curtiembres de ambas localidades y las obligó a reubicarse de la parte alta del río Bogotá sobre el cual han vertido químicos, sangre y desechos sólidos.

La primera opción fue la de trasladar los negocios a un predio de la Corporación Autónoma Regional, CAR, en Cundinamarca, lugar en el que el Gobierno Nacional plantea la construcción de un parque industrial del cuero.

La entrega formal del predio 'Chingacío’ al municipio de Chocontá y Villapinzón se realizó el pasado 19 de julio con presencia de funcionarios de la CAR, gobernación de Cundinamarca, alcaldías y Ministerios de Hacienda y Ambiente.

Allí se proyecta la construcción de un parque industrial para reunir a los curtidores. Antes de que eso suceda, es necesario iniciar el proceso de licitación pública de la construcción de la obra, conocer el presupuesto que se destinará al proyecto, la cual no se ha dado a conocer, y lo más importantes, saber cuánto deberán pagar por cada local para reiniciar su negocio.

Además de eso, se adelantan asesorías con expertos de España sobre el manejoque se debe dar en las curtiembres alos residuos sólidos y líquidos. Las reuniones se han desarrollado en este primer semestre de 2014 en Bogotá en más de una ocasión. Se proyecta que el parque esté listo en 2017.

Mientras cada uno de esos pasos se ejecuta. Los curtidores de cuero realizan oficios diferentes. Si optaran por hacer algo diferente podrían ser sancionados de nuevo por la CAR, como ha sucedido con varias familias que han tenido que pagar millones de pesos por afectar al medio ambiente. (Lea: Curtiembres, un negocio amenazado por los TLC)

William Alexander Bernal, dueño de la curtiembre Ferney, en Villapinzón, afirmó que hace más de 5 años su padre fue sancionado con más de $60 millones por contaminar el río de Bogotá. La solución para pagar la deuda fue embargar sus bienes.

Hoy por hoy, Bernal se dedica al transporte decarga, pero no descarta volver al negocio familiar de curtiembres. Por ahora, aseguró “no lo puedo hacer porque sabemos que estuvimos contaminando y hay unas normas que no cumplimos y nos debemos acoger a lo que diga la CAR, si no, nos multan otra vez”.

Bernal reconoció que él y los demás curtidores han ocasionado deterioro al río Bogotá, pero también se pregunta por qué hasta ahora se fijan en el tema.

Su temor principal es vivir en la incertidumbre de si podrán acceder a una bodega en el parque, al saber que la zona tendrá carácter industrial y lo más seguro es que solo las grandes curtiembres puedan pagar por el espacio, es decir 1 o 2; el resto están constituidas por pequeñas empresas o negocios familiares.

José Jaime Pinzón, alcalde de Chocontá, dijo que una de las deficiencias de las curtiembres es su carácter informal. “De las que hay, solo 20 tienen Cámara de Comercio”.

Por eso, señaló que la mayoría han sido cerradas y sancionadas. Sin embargo, se ha sabido de personas que ejercen el negocio clandestino en horas de la noche cuando no los controlan.

“Nos tienen vigilados. Pero yo no seguí con el negocio porque no podemos. Y no sé si otros lo hacen”, dijo el dueño de la curtiembre Ferney.

El acalde, por su parte, añadió que el proyecto del parque industrial del cuero se maneja con todos los requisitos de ley y mientras se concreta su apertura ninguna curtiembre de los municipios podrá trabajar porque no tienen sistema de manejo de residuos.

“Aceptamos que cometimos errores. Pero si el Gobierno dio el lote, queremos que nos ayude con las bodegas. Porque el proceso de consumir carne sigue y vamos a necesitar zapatos de cuero”, recalcó Bernal.

$30 mil ganan por cuero

Las curtiembres de Chocontá y Villapinzón poducían cada una un promedio de 100 cueros al menos. Solo una empresa grande maneja más de 1.000 pieles y opera en la zona sin inconveniente al cumplir con las normas ambientales. (Lea: Descontaminante a partir de cáscaras de naranja)

Los curtidores, explicó Bernal, compran el cuero de la res a $60 mil, luego retiran pelo y sangre. Añaden químicos para dar color y firmeza al material en lo que se invierte $40 mil por piel. Finalmente, esperan 20 días hasta tener 100 pieles listas para vender a 100 o $120 mil cada una.

En la actualidad los precios del cuero se han disparado, según Bernal, las curtiembres de Bogotá tienen el negocio acaparado.

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