Los temores que despierta el Tribunal para la paz

La escasa claridad que hay sobre este tema es una de las principales preocupaciones que existen entre la ciudadanía. A pesar de los interrogantes que se han formulado sobre su papel y funcionamiento, el Gobierno no se ha preocupado por ayudar a entender la forma en la que funcionará.   Aunque desde que iniciaron las negociaciones el Gobierno fue muy claro al decir que se habían trazado líneas rojas que no serían objeto de negociación, con el paso del tiempo fue quedado claro que no fue así. Uno de los temas que más temor despertaba sigue siendo hoy en día uno de los que mayor incertidumbre genera: el de la justicia.   Siempre se pensó que la justicia transicional sería el mecanismo que se utilizaría para lo relacionado con este importante aspecto, evitando procurar la impunidad y buscando garantizar unas penas mínimas aceptables para aquellos que por años infringieron tanto dolor en Colombia.   El sentir de muchos colombianos lo expresó en su más reciente columna la periodista María Isabel Rueda, que admite que no es posible saber si lo acordado merece admiración o terror por ser el único país del mundo en aceptar dicho modelo.   Describe Rueda que el Tribunal para la paz investigará y juzgará todos los actos  “directa o indirectamente relacionados con el conflicto. Asumirá los procesos nuevos y los ya existentes, sin límites para atrás ni para adelante en el tiempo. Podrá reabrir cuantos procesos estén fallados por la justicia ordinaria o por los organismos de control, penales, disciplinarios o de carácter fiscal, con el objeto de hasta anular la sentencia condenatoria o disminuir la pena”.   Se deja claro que dicha instancia será la más alta que pueda impartir justicia en nuestro país y estará incluso por encima de las Cortes Constitucional y Suprema, y ni hablar de las otras entidades del Estado existentes cuyo rol pasará a ser secundario en cualquier caso.   “Esta es la hora en la que nadie sabe cuánto costará. Ni qué legislación aplicará. Tampoco sabemos quiénes elegirán a las 5 personas encargadas de escoger a los mínimo 64 magistrados, entre principales y suplentes, 14 extranjeros, que se encargarán de juzgar a las Farc y a los empresarios”, precisó la columnista de El Tiempo. (Lea: Como a Lafaurie, Jurisdicción Especial para la Paz inquieta a Vargas Lleras)   Otro de los factores que preocupa es sobre los recursos que se necesitará para financiar su operación, un detalle que no es menor si se tiene en cuenta que deberá estar conformado por personas de gran experiencia y calidad profesional y que, adicionalmente, podrá ser convocado cada vez que así las Farc lo consideren.   El tribunal se podría prestar para que cualquier persona decida volver a pedir revisiones de sus casos y con ello se abre una sensible posibilidad a que se quiera pasar por encima de la justicia ordinaria y evadir responsabilidad penales previamente adquiridas. (Lea: “Sector rural del país enfrenta 3 grandes amenazas”: Lafaurie)   El Tribunal para la paz es uno de los aspectos, aunque no el único, que preocupa seriamente a millones de colombianos, que deberán someterse a ello de ganar el Sí en las elecciones convocadas para el próximo 2 de octubre.