Conozca algunos mitos alrededor del consumo de carne y leche (Parte 1)

El consumo de ciertos alimentos genera una serie de comentarios buenos y malos, algunos con fundamento y otros sin el mismo, por lo que es importante cerciorarse antes de tomar cualquier decisión.

Entre los alimentos sobre los cuales hay ciertos mitos están la carne y la leche, por eso es bueno que conozca la verdad de los mismos, de acuerdo con lo expuesto por el médico veterano especialista, Ricardo Arenas, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero, elaborado por Fedegán

Mito 1. La carne de res es perjudicial para la salud cardiovascular

Según el médico, magister en energía y sostenibilidad, Camilo Prieto Valderrama, todos los excesos pueden conducir a problemas. Evidentemente, el incremento de determinado tipo de grasas combinado con el sedentarismo puede constituir un riesgo relevante. Sin embargo, en un consumo habitual, corriente, sin exageración, no debería existir problema.

Mito 2. Los productos lácteos tienen mucha grasa y colesterol

De acuerdo con Ricardo Arenas, cerca del 88 % del contenido de la leche es agua, solamente el 3 % en el caso de la leche entera o de 0,1% en la leche descremada y 1,5 % en la semidescremada es contenido graso, por lo tanto, los productos lácteos no son altos en grasas y no contribuyen significativamente al aumento de peso, siempre y cuando se consuman dentro de una dieta equilibrada.

Estudios recientes han demostrado cómo el consumo de carnes y de leche disminuye el colesterol malo y es benéfico para la salud, sobre todo las enfermedades cardiovasculares por, entre otras cosas, la presencia de calcio. (Lea en CONtexto ganadero: El placer de comer carne)

Mito 3. Dicen que las dietas vegetarianas son mejores para la salud

Para la médica especializada Isabela Arenas, los alimentos de origen animal tienen mayor contenido de proteínas y aminoácidos esenciales que los de origen vegetal y el valor nutricional de esta proteína es 1,4 veces mayor que las de origen vegetal. Además, se cree que la cantidad y la calidad de esta proteína ayuda a regular el consumo de alimentos en humanos, ayudando así a reducir y a controlar la obesidad.

Muchos minerales esenciales no son suministrados por alimentos de origen vegetal debido a su ausencia o su baja disponibilidad, como es el caso del zinc, el calcio y el hierro. Igual sucede con nutrientes como la vitamina B12 que es fundamental para la función cerebral, así como para la producción de glóbulos rojos.

Mito 4. Las bebidas de almendra y soya tienen mas calcio que la leche de vaca.

Según Ricardo Arenas, lo primero, es que el termino leche se refiere exclusivamente a la secreción de la glándula mamaria de un mamífero, por lo que bebidas vegetales como las de almendra o soya no son realmente leche y no tienen la misma composición nutricional que tiene la leche de vaca.

Los extractos vegetales a base de almendra o de soya comparadas contra el porcentaje de calcio de la leche no supera ni la mitad y menos en relación con proteína.

Mito 5. Los adultos mayores no deben tomar leche.

Prieto Valderrama considera que el consumo de leche y de derivados lácteos en la edad adulta tiene un aporte muy relevante y es que los fermentos ayudan a tener un mejor microbiota, es decir, esa cantidad de microorganismos y bacterias que son fundamentales para la salud digestiva y para beneficiar a otros sistemas del cuerpo. (Lea en CONtexto ganadero: La leche de vaca, un producto esencial a cualquier edad)

Mito 6. El consumo de leche genera alergias

Para Isabela Arenas, si bien los niños pueden desarrollar alergias a cualquier proteína, entre ellas la de la leche, a medida que van creciendo esta reacción negativa va disminuyendo. Es necesario identificar los pacientes alérgicos para ajustar las dietas y no afectar su necesario consumo de proteínas de origen animal.

Mito 7. La leche y la carne tienen muchas hormonas y antibióticos

Ricardo Arenas sostiene que la resistencia antimicrobiana es una amenaza global significativa para la salud pública, la seguridad alimentaria y la inocuidad de los alimentos, así como para la vida y la producción animal y el desarrollo económico y agrícola de los países. La intensificación de la producción necesaria en agricultura ha llevado a un uso creciente de antimicrobianos y según algunos estudios, se supone que para 2030 se duplique ese consumo.

Estos fármacos son importantes para el tratamiento de enfermedades tanto de animales como de las plantas, pero se deben usar de manera responsable y solo cuando sea necesario. La ganadería sostenible y las buenas practicas ganaderas propenden por el uso racional y bajo la supervisión, siempre, de un médico veterinario.

Los principales productores de carne han desarrollado estrategias para disminuir el uso de antibióticos. Desde hace años se han utilizado con éxito probióticos o extractos de plantas y otros compuestos y se ha logrado remplazar algunos antimicrobianos usados como promotores de crecimiento.