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Por - 18 de Octubre 2013
Si se cumple a cabalidad con este encadenamiento, se le garantiza al consumidor que el producto que recibe se ha mantenido inocuo durante la producción, transporte, almacenamiento y venta dentro de un rango de temperatura óptimo.
Si se cumple a cabalidad con este encadenamiento, se le garantiza al consumidor que el producto que recibe se ha mantenido inocuo durante la producción, transporte, almacenamiento y venta dentro de un rango de temperatura óptimo.
Los productos lácteos son alimentos que sin lugar a dudas contienen riquezas nutricionales, aportan significativamente al crecimiento del ser humano y al cuidado del sistema digestivo; por esta razón, se debe tratar siempre de forma meticulosa buscando conservar en todo momento las cualidades que le son propias y que lo han convertido en un referente obligado de la canasta familiar.
Uno de los puntos a tener en cuenta para conservar las principales características y valores nutritivos de los alimentos lácteos, es la cadena de frío mediante la cual se busca mantener la temperatura controlada durante la producción, transporte, almacenamiento, venta e incluso hasta que llega a los hogares del consumidor final. (Lea: Tanques de enfriamiento, alternativa de rentabilidad en Nariño)
“Las normas colombianas exigen entregar un producto que asegure la satisfacción y credibilidad de los consumidores de una marca, por esta razón es importante que al hacer mercado compren este tipo de productos al final del recorrido. Por ejemplo, un yogurt conserva sus valores nutricionales dos horas sin estar refrigerado, después de este tiempo empiezan a cambiar sus propiedades y no cumplirían con su valor”, explica Nelson Molano, gerente general de Lácteos El Pomar.
Mariano Restrepo, presidente de la Cámara Gremial de la Leche, explica que el yogurt es un producto funcional, porque está hecho a base de cultivos lácticos y son estos los que necesitan de una conservación de cadena de frío entre 3 y máximo 5°C.
“Si eso no fuese así, el mundo de la industria ya hubiese producido un yogurt larga vida, que no necesitase refrigeración. Estos productos necesitan estar refrigerados para conservar su nivel nutricional y su valor agregado de funcionalidad”, agrega Restrepo.
Por consiguiente, es necesario mantener esta cadena para que el principio de inocuidad del alimento no se vea afectado. Es decir, que garantice que no causará daño al consumidor cuando sea comsumido.
“Nuestra compañía es la única en el sector lácteo que cuenta con la certificación APPLUS ISO 22000, la cual garantiza la inocuidad de los alimentos que se ofrecen al público, entregándole a nuestros clientes y consumidores productos nutritivos. Nosotros cumplimos con todas las normas legales y aseguramos de esta manera la satisfacción y confianza de todos aquellos que adquieran algún producto, dándole, de esta manera, credibilidad a nuestra empresa”, asegura Molano. (Lea; Conozca las claves del enfriamiento ultra rápido)
De acuerdo con Proexport, la entidad del Gobierno Nacional de Colombia encargada de la promoción de turismo, inversión y exportaciones, entre los principales factores claves que se encuentran para cumplir con éxito la cadena de frío, están: la medición permanente y control de la temperatura, el almacenamiento, el transporte, la tecnología de información, la reglamentación legal, la capacitación y los operadores logísticos.
Cuando se rompe la cadena
En Colombia, donde existe un alto consumo de leche líquida y, obviamente, un fuerte consumo de queso fresco, es necesario prestarle importancia a la cadena de frío, solo de esta manera se asegura al consumidor que los nutrientes se encuentran presentes en aquello que va a comprar. (Lea: Estos son los tipos de leche que consumen los colombianos)
“La gran mayoría de los industriales lácteos en el país, que fabrican estos alimentos y que tienen conservación de frío, lo hacen bien en su producción, en su transporte y en su comercialización. Pero a veces, el almacén de cadena o la tienda de barrio no hacen la tarea y desconectan sus neveras en la noche, rompiendo así la cadena y de paso la vida útil del producto”, añade el presidente de la Cámara Gremial de la Leche.
El consumo de estos productos depende de la cadena de frío al que fue sometido el lácteo, su responsabilidad está en proteger la calidad del mismo conservándolo en un lugar que mantenga la temperatura baja, esto permitirá brindar confianza al ingerir este tipo de productos.
“Esta cadena, al ser homogénea, conserva el tanque de frío desde la finca cuando se refrigera la leche entre 3 y 5°C. Esta es la temperatura que debe mantenerse en el transporte de la leche, en el acopio del líquido, en el proceso industrial, en la trasferencia hacía sus destinos de venta y, obviamente, en la destinación final: las góndolas de los almacenes”, concluye Mariano Restrepo.
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