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Por - 01 de Abril 2014
Expertos de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán-FNG, explican cómo manejar y enfrentar de manera adecuada los periodos de sequía para una mejor inserción en los mercados cárnicos y lácteos.
Expertos de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán-FNG, explican cómo manejar y enfrentar de manera adecuada los periodos de sequía para una mejor inserción en los mercados cárnicos y lácteos.
Ante la crisis que atraviesa el sector agropecuario colombiano a causa de la falta de política pública, los altos costos de los insumos y la ausencia de apoyo por parte del Gobierno Nacional, se suma una nuevo dolor de cabeza que está acabando con los pocos recursos que los labriegos poseían: el inclemente verano.
De acuerdo con un comunicado enviado el pasado 10 de marzo por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, en el que citan a su vez un informe emitido por la Agencia Nacional para el Océano y la Atmósfera de los Estados Unidos, NOAA (por sus siglas en inglés), aún existe incertidumbre sobre la probabilidad del 47% de que en el país se presente un fenómeno de El Niño durante el segundo semestre del presente año. (Galería: Ninguna especie se salva del verano en Casanare)
Un artículo* publicado por la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, afirma que en Colombia se está presentando actualmente una situación crítica en las sabanas de Casanare debida al prolongado verano, lo que ha causado la muerte de miles de animales, entre los que se encuentan chigüiros, venados, tortugas, babillas y ganado bovino.
“Una de las causas de esta coyuntura es el calentamiento global, el cual ocasiona una mayor variabilidad en el clima y genera situaciones climáticas cada vez más extremas, como inviernos inclementes y sequías prolongadas”, señala el documento.
Asimismo, el texto detalla que en uno de los proyectos realizados en el marco del Convenio 0372 entre el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, y Fedegán–FNG, se analizaron los datos del Ideam de la precipitación media durante los últimos 41 años, mostrando cambios en el promedio anual en los últimos 10 años.
“Al analizar los modelos y datos estadísticos del clima en Colombia, el proyecto concluyó que ‘el cambio climático es un proceso evidente, las épocas de sequía y lluvia se presentarán con mayores impactos en las próximas décadas, por lo cual el ganadero debe estar alerta a estos cambios y tomar medidas para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas y hacer que la ganadería siga siendo un negocio de progreso’”, añade el artículo.
Sequía en el país. Foto: CONtexto ganadero.
Según los pronósticos nacionales e internaciones, se espera que para el segundo semestre de 2014 haya un período crítico de sequía en gran parte de las zonas ganaderas del país, por lo que ocurrirán reducciones en la disponibilidad de forraje y de agua para el consumo de los ganados. (Lea: El verano pone en aprietos a los ganaderos del norte del Huila)
“Esta situación nos obliga a reflexionar detenidamente sobre la necesidad de garantizar, proteger y preservar de inmediato los recursos hídricos, que en un momento dado parecían suficientes para superar cualquier emergencia, pero que por su inadecuado uso los hemos reducido en su calidad y disponibilidad”, amplía el documento.
Por tal motivo, la ganadería colombiana, de cara a los retos que enfrenta en el futuro para su adecuada inserción en los mercados internacionales de carne y leche, debe aprender a manejar y enfrentar de manera permanente las sequías, pues su consecuencia inmediata es la estacionalidad de la producción, con las fluctuaciones cíclicas en los volúmenes de oferta y precios de los mismos.
Acciones puntuales para enfrenar la sequía
Durante las temporadas de veranos extremos, como la que vive por estos días gran parte del territorio colombiano, se presentan reducciones en la disponibilidad de forraje y agua para consumo de los animales, además del estrés calórico e hídrico que se derivan de ello. Por lo tanto, Fedegán presenta en su artículo algunas estrategias que permitirán disminuir dicho impacto. (Lea: El verano tiene en alerta a ganaderos de Ariguaní, Magdalena)
Agua
Las fuentes y los depósitos de agua están presentes en las empresas ganaderas en diferentes formas, como manantiales, nacimientos, quebradas, ríos, ciénagas, madreviejas de ríos, lagunas, esteros, pozos y embalses. Su protección y conservación es un deber fundamental de todo ganadero responsable, especialmente en épocas de sequía, por lo tanto se sugiere: * Preparar y proteger las reservas de agua potable para el consumo humano, animal y eventualmente para el riego de algunas áreas. * Evitar el acceso del ganado a los bosques y cursos de agua, nacimientos y micro cuencas, protegiendo estas áreas mediante encierro con cercas, en lo posible con cercas vivas, y la dotación de bebederos por fuera de estos lugares. * Cosechar y almacenar el agua lluvia para personas y animales. * Con el fin de preservar el recurso hídrico hay que construir reservorios o jagüeyes en tierra para cosechar el agua lluvia y su escorrentía, aprovechar la vecindad de ríos, ciénagas y lagunas o el bombeo de agua de pozos de diferentes profundidades. * Aprovechar que algunos árboles y otras plantas están en capacidad de almacenar agua depositándola en sus tejidos, o producir pulpas ricas en azúcares y semillas proteicas. Donde ya existan estos árboles deben conservarse y protegerse del fuego, de los herbicidas y de las presiones del ganado.
Manejo de la carga animal
Durante los veranos prolongados puede haber una disminución de la producción de forraje superior al 50 %, en relación con la producción durante el periodo de lluvias. Es probable que no sea posible sostener la misma cantidad de animales durante una sequía prolongada, caso en el cual se deberá contemplar: * Reducir la carga animal, porque habrá menos alimento y agua para todo el ganado. * Descartar animales cuyo promedio esté por debajo de 25% de la producción promedio del hato. * Descartar hembras con amplios intervalos entre partos. * Descartar animales con problemas sanitarios (cuartos perdidos, mastitis, cojeras y otros).
Conservación de forrajes y otros productos
Foto: Juan Rafael Restrepo, Fedegán.
Con el fin de poder garantizar un suministro de alimento a los semovientes para las épocas de escasez, se recomienda: * Conservar alimentos alternativos que permiten ofertar comida al ganado cuando los pastos estén en su peor momento, mediante la utilización estratégica de suplementos alimenticios como ensilajes, henos, henolajes, bloques multinutricionales o utilización de subproductos de cosecha. * Conservar frutas y tubérculos mediante el sistema de ensilaje salino. * Utilizar frutos de leguminosas arbóreas.
Uso de subproductos
De igual forma, es necesario establecer planes de suplementación nutricional con diversos subproductos como afrecho de cervecería, tallos o vástagos de plátano, melaza de caña, residuos de cosecha (zanahoria, remolacha, papa, yuca, etc.), henos, torta de palmiste, semilla de algodón, maíz molido y arroz paddy. (Lea: Kikuyo, un forraje bondadoso para la ganadería en el país)
Asimismo, hay que tener en cuenta algunos subproductos del procesamiento de oleaginosas como la semilla entera, cascarilla y cacota de algodón, que son forrajes de alto valor energético y proteico para su utilización en varias zonas ganaderas
Manejo de áreas ganaderas * Utilizar estratégicamente cercas vivas en las zonas ganaderas del país. * Mejorar el manejo de las áreas de rastrojo, ya que la formación y crecimiento del rastrojo es una condición natural de las especies que con el paso del tiempo se han adaptado a estados climáticos que les favorecen (lluvias) y que les sean adversos (veranos prolongados). * Evitar los incendios forestales y de los cultivos forrajeros. * Producir forraje en zonas menos afectadas y con disponibilidad de riego.
Alternativas de suplementación
Algunas materias primas no se deben suministrar solas o en una forma individualizada. Estas requieren usarse como parte de una mezcla de alimentos, en los cuales estén incluidos el material que el animal recolecte en el pastoreo, el suministro de heno o de ensilaje y la suplementación proteica – energética, con la adición de sal mineralizada.
“La actual situación climatológica nos obliga a reflexionar detenidamente sobre la necesidad de garantizar de inmediato estos recursos alimenticios, por lo cual a manera de sugerencias, se presenta para algunas de las regiones ganaderas, las alternativas de suplementación para ganado bovino”, concluye el artículo.
*Héctor José Anzola Vásquez, médico veterinario y zootecnista; Juan Rafael Restrepo Vélez, médico veterinario; Héctor Mauricio Durán Muriel, zootecnista; y Freddy Ruiz Hernández, médico veterinario y zootecnista; autores del artículo publicado por el gremio bovino.
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