Viviendas en Surimena
Foto: CONtexto ganadero.

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El lado humano y social de Manuelita Aceites y Energía S.A.

Por - 09 de Junio 2015


Durante una visita a la empresa Manuelita Aceites y Energía S.A., en Restrepo, Meta, el gerente general de la empresa, Juan Miguel Jaramillo, habló de un proyecto del cual dijo sentirse orgulloso. Se trata de la construcción de casas en la población de Surimena, el cual beneficia a cerca de 1.000 o 2.000 personas.   “Gran parte del personal vive aquí y se trasladan en moto o en bicicleta hasta la planta. Estas casas hacen parte de un barrio que construimos en donde habitan inmigrantes muy pobres que llegan buscando empleo; en definitiva, nuestros trabajadores son los ricos del pueblo, porque tienen un ingreso fijo, salud y educación. Es decir que tenemos un plan de responsabilidad social enfocados en estas comunidades”, aseguró Jaramillo. (Lea: Una charla informal con el gerente de Manuelita Aceites y Energía S.A.)   Pero la empresa no solo tiene planes de construcción de vivienda nueva, también contribuyen con el mejoramiento de las casas de aquellos pobladores que ya residían allí, debido a las construcciones “básicas”, como comentó el gerente de la empresa. Por ello, la entidad privada, en respuesta al cumplimiento del postulado que tiene Naciones Unidas de Vivienda Digna, aseguró que los habitantes invierten en aspectos como enchapes en baños y cocina e incremento en la altura de los techos. Por ello, las edificaciones se caracterizan por tener 90 metros, de los cuales 50 son construidos y 40 en patio.   “Nuestra idea no solo es construir viviendas para nuestros trabajadores, también para los pobladores, lo que pasa es que en principio el requerimiento es alto. Este es un esfuerzo en el que están incluidos 3 entes que proporcionan la parte económica, $15 millones lo asumen ellos (los trabajadores) mediante un crédito con Manuelita Coop, una cooperativa, la otra parte la parte el Gobierno, que son $14 millones y nosotros aportamos todo lo que tiene que ver con la construcción de la misma y los servicios públicos”, agregó Juan Miguel Jaramillo.   Una de las beneficidas con esta iniciativa es Nubiola Otálora Quintero, habitante de Surimena, Meta, quien manifestó que su instalación en esta población fue precaria, pero que con el tiempo y la ayuda de la empresa, su vida, la de sus hijos y su madre, ha mejorado. (Lea: Fedepalma premió la creatividad visual y el empuje femenino)     La beneficiada explicó que ella y su familia, junto con su esposo, llegaron hace 15 años desde San José del Guaviare desplazados por la violencia, posteriormente se separaron “por muchos conflictos”, así que trabaja “en lo que salga”, pero el que afronta todas las cargas es su hijo.   “La casa la adquirí por medio de mi hijo, que es trabajador en la planta Manuelita, Aceites y Energía S.A. desde hace 5 años. Él pasó papeles hace como año y medio y yo había hablado con una persona que sabía del proyecto, le dijimos que no teníamos un terreno propio y que vivíamos en arriendo”, contó Nubiola.   En la empresa le dijeron que podía ser aceptada en el programa por ser madre soltera y tener a su madre en condición de discapacidad en las piernas. Entonces presentaron documentos como las fotocopias de las cédulas, el registro civil para demostrar el parentesco y un extrajuicio en el cual se indica que su hijo responde por ellas económicamente.   “Como me llevo muy bien con la rectora del colegio de mi hija, y tiene mucho que ver con Manuelita Aceites y Energía S.A. porque es amiga de las gestoras sociales de esa empresa y además su esposo es ingeniero de allá, alguna vez me preguntó si nosotros teníamos un lote o una casa, pero le dije que nosotros no podíamos pedir nada, ni siquiera mejoramiento porque no tenía una tierra. Un día la profesora me habló sobre el anuncio que hicieron en radio y le comenté a mi hijo. Aunque a mí me daba mucho susto porque pedían como requisito que la persona fuera cabeza de familia, no creía que eso fuera a pasar. Entonces resolví preguntarle a una persona que prestaba asesoría en el tema y le conté que él veía por nosotros, fue así como me dijeron que sí cumplía los requisitos”, añadió la beneficiaria de Surimena. (Lea: El raquis, el elemento clave para fertilizar la palma de aceite)   Nubiola dijo que en este momento piensan construir otra habitación, ya que la casa se constituye de 2 cuartos, y de poder construir la 3, sería para la niña. “Tener casa propia es algo muy bonito”, puntualizó Otálora.

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