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Quieren acabar con el ICBF ganadero

Por - 17 de Julio 2013

Es una forma jocosa de empezar a tocar un tema bastante serio y preocupante, no solo para el gremio de los ganaderos, sino para toda la economía nacional. El decrecimiento en el hato ganadero en los últimos años, ha sido tema de estudio de muchísimos genios de la ganadería colombiana a nivel no solo gubernamental, sino de entidades privadas y particulares.

Es una forma jocosa de empezar a tocar un tema bastante serio y preocupante, no solo para el gremio de los ganaderos, sino para toda la economía nacional. El decrecimiento en el hato ganadero en los últimos años, ha sido tema de estudio de muchísimos genios de la ganadería colombiana a nivel no solo gubernamental, sino de entidades privadas y particulares.

En un análisis sencillo y  tomando como referencia datos que cualquier persona del común puede obtener simplemente solicitando la información en las empresas comercializadoras de ganados, se puede observar como GRACIAS A DIOS se ha reactivado la comercialización de vacas paridas.

Negocio que no solo a nivel de subastas, sino también en fincas había sido relegado al olvido debido a la exigencia de realizar sangrados de brucelosis por parte del ICA. (Columna: El campo como responsabilidad empresarial)

Esta reglamentación además de generar costos adicionales para los comerciantes, carecía de una estructura institucional que permitiera al ganadero reaccionar ante el caso de obtener resultados positivos a las pruebas de brucelosis, provocando crisis internas en las ganaderías por cuarentenas interminables y procesos que finalmente no terminaban en ninguna solución operante para la reactivación del negocio del ganadero.

Esto provocó que los criadores, comerciantes y todos los involucrados en la comercialización de hembra “tiráramos” literalmente a la basura la crianza de terneros, vendiéndolos recién nacidos, abandonándolos a su suerte en negocios de 30 – 40 kilos y valores que oscilaban entre $50 mil y 60 mil por cada ternerito. Provocando una explosión de huérfanos criados con leches ajenas, muertos en camiones o caminando de feria en feria hasta terminar en  cualquier lugar, lejos de su madre y más lejos aún de poder expresar su potencial genético.

SÍ… este descomunal genocidio de terneros lo ocasiono un ente oficial….. E increíblemente y aparentemente por uno de los típicos errores de procedimiento se cayó y hoy no se exige el sangrado de vacas paridas para su comercialización. Desafortunadamente y acosados por el sinnúmero de organismos de inspección (creados por el mismo ente oficial) y que hoy se les acabo el nicho de negocio y están desesperados por retomar estos sangrados, que eran base fundamental de su economía, están pidiendo que esta práctica se retome y modificar la reglamentación existente a la fecha. (Lea: Las ventajas de los ‘plaguicidas biológicos’ en el campo)

Los datos no mienten……  en la Subasta ganadera de Caucasia se comercializaron poco más de 1.100 vacas paridas en todo 2.012 y hoy a julio de 2.013 se han vendido más de 1.550 ejemplares del mismo tipo; es decir más de 550 vacas paridas que afortunadamente se encuentran realizando su tarea. AMAMANTANDO SUS TERNEROS, CUMPLIENDO SU CICLO VITAL. Dándole la oportunidad a esas cría de desarrollarse adecuadamente y poder llegar a edades reproductivas en el caso de la hembra o a sacrificio para el macho, que sean viables económicamente y que le permitan a nuestro país en algún día soñar con ser competitivos en un TLC ante países de nuestro continente.

Entonces señores…. Es posible que la solución a ese dilema de incrementar el hato ganadero no esté en la mente de ningún genio, profesor universitario o congresista de nuestro país; es factible que esté en la simple y sencilla lógica de algún campesino o ganadero colombiano, de esos que hemos sudado, sangrado y llorado viendo como el paso de gobiernos impávidos se roban nuestro campo colombiano.