Así pretende demostrar que no tiene ninguna responsabilidad en la debacle de perder más de 100 mil kilómetros cuadrados de territorio, pero sí los gobiernos precedentes.
Es un discurso completamente contrario al que pronunció el 19 de noviembre de 2012, en medio de la conmoción nacional causada por el fallo. En esa oportunidad, el mandatario aseveró que “el equipo jurídico que nos representó ante la Corte de La Haya y los equipos de trabajo de la Cancillería, durante los diferentes gobiernos, representaron con altura y con empeño los intereses de Colombia, y así debemos reconocerlo”.
Además indicó, respecto a la decisión de la Corte, que “todo esto realmente son omisiones, errores, excesos, inconsistencias, que no podemos aceptar”. “La Corte ha incurrido en este tema en serias equivocaciones”.
Para el Presidente, que llevaba 27 meses al frente del litigio, el problema no era la estrategia de defensa, ni los pobres Guillermo Fernández de Soto y Julio Londoño Paredes. ¡No! Tampoco ningún expresidente. ¡Por el contrario! Según sus palabras, los gobiernos, incluido el de Uribe, habían hecho muy bien la tarea y quien había errado era la Corte de La Haya.
Exaltar la estrategia de defensa de Colombia, la responsabilidad con la que se había procedido en los gobiernos anteriores y la justeza de los argumentos jurídicos, fue la línea permanente del actual gobierno. Por eso, precisamente, Santos decidió, en sus palabras, mantener “el camino jurídico trazado” (19 -11 -2012).
Pero no es solo el discurso del presidente. La canciller María Ángela Holguín destacó siempre que “Colombia realizó una sólida defensa de nuestra soberanía ante la Corte a lo largo del pleito, que completa más de una década” y que “todos los gobiernos han estado comprometidos con la defensa” (10-11-2012), ahora la descalifica.
Al salir la sentencia responsabilizó a la Corte: “no falló en derecho” y “es lo más triste e injusto que le ha pasado a Colombia” (27 – 11- 2012), pero ahora dice que la responsabilidad fue de los gobiernos de Uribe y Pastrana.
En síntesis, para el Gobierno Santos el problema no estaba ni en el equipo, ni en la estrategia de defensa, sino en una decisión equivocada e injusta de la Corte. Entonces, ¿por qué ahora Santos y la canciller salen a señalar a Uribe de responsable del desastroso fallo?
¡Es una hábil jugada! Santos ha demostrado que es maestro de la simulación y el engaño. Dotado para manipular, acomoda las narrativas a su capricho y conveniencia. La voltereta en este caso apunta a hacer creer que el problema no es una decisión injusta de la Corte, sino la mala defensa adelantada por sus antecesores. Frente a la presión de las encuestas, trata de blindarse y evadir la solicitud de desacatar la sentencia, que es la verdadera cuestión, al tiempo que busca trasladar su propia responsabilidad a Uribe, al decidir someter el país al despojo.
Además, el Gobierno procura ganar tiempo para su reelección, propagando la idea de que existen mecanismos jurídicos para controvertir el fallo. Una mentira más de la que es consciente el mismo Presidente: “Es un fallo definitivo e inapelable” llegó a reconocer (19 – 11 – 2012).
Nada en Santos es como parece. Toda la parafernalia simula “mano de hierro” para proteger el territorio, pero en realidad busca legitimar la decisión de aceptar el despojo. En noviembre Santos lo dejó claro: “no voy a aplicarlo (el fallo) hasta no garantizar que esos derechos están bien defendidos” (30 – 11 – 2012), refiriéndose a los habitantes de San Andrés y Providencia. Es la manera, típicamente santista, de afirmar que sí lo va a acatar, a pesar que desde el principio dijo no “poder aceptar” los “errores”, “omisiones” y “equivocaciones” de la sentencia.
El punto, con todo respeto, Presidente, es no acatar un fallo injusto que cercena el territorio y no equivocarse creyendo que los ciudadanos son bobos y se seguirán tragando todas las mentiras.
Nota: Muy importante que el presidente Santos haga pública el acta de la Junta en la que aprobó como Ministro de Defensa el ascenso a general del criminal Mauricio Santoyo.