default

El cambio climático: una realidad

Por CONtexto ganadero - 28 de Abril 2014

Aunque aún quedan escépticos que se resisten a creer y a aceptar que el fenómeno del calentamiento global es una pungente realidad, esta le da cada día más la razón al Panel intergubernamental de expertos sobre cambio climático (IPCC) de las Naciones Unidas.

Aunque aún quedan escépticos que se resisten a creer y a aceptar que el fenómeno del calentamiento global es una pungente realidad, esta le da cada día más la razón al Panel intergubernamental de expertos sobre cambio climático (IPCC) de las Naciones Unidas.

En su 5ª versión revelada recientemente desde Berlín advierte que cada día son más frecuentes y severos los fenómenos extremos de las sequías, las olas de calor, las inundaciones y mayores sus estragos sobre el acceso al agua, a la salud, a la energía y a los alimentos. Concluye diciendo que “viviremos un clima cada vez más hostil” y plantean un panorama que tiende a ser catastrófico “si no se actúa a tiempo para reducir las emisiones de dióxido de carbono”. Y ello es así, porque está comprobado que existe una gran correlación entre la concentración de CO2 en la atmósfera y la temperatura.

En su primer reporte  en 2007 el IPCC sostiene que el calentamiento se debe, con un 90% de certeza, a la actividad humana”, cuando para 2001 el nivel de certeza era de solo el 61%; esta vez, en su más reciente reporte, reconocen que es tal la evidencia que se atreven a asegurarlo con un 95% de certeza (¡!). Por ello se habla de las causas antropogénicas del calentamiento global, atribuible a la actividad humana.

Para ilustrarlo digamos que los cinco continentes al tiempo que liberan espontáneamente 60 giga toneladas de carbono por año capturan 63 y por su parte los océanos liberan 90 giga toneladas de carbono por año, al tiempo que absorben 91.7. Al final el saldo neto es positivo ambientalmente, pues estamos hablando de una reducción de la concentración de carbono en la atmósfera de 4.7 giga toneladas/año. Pero tenemos que, como contrapartida, por cuenta de las actividades humanas se emiten cada año no menos de 8.7 giga toneladas de carbono a la atmósfera.  Ello explica el efecto acumulativo de más de 4 giga toneladas de carbono en exceso cada año, a consecuencia de las mayores emisiones por parte de la industria, la agricultura, la ganadería, la minería y en general las actividades que demanda la sociedad moderna.

Según estimaciones del Panel de expertos de la ONU la agricultura es responsable de cerca del 14% de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y a ellas se vienen a sumar las de la ganadería lo es del 18% de las mismas. Según un Informe reciente de la FAO, las emisiones de GEI por parte del sector agropecuario sumaron las 10 mil millones de toneladas de emisiones de CO2 anuales, duplicándose en el transcurso de los últimos 30 años.

Esta tendencia se mantiene, pues en los últimos 10 años las emisiones anuales del sector agropecuario se incrementaron un 14% al  pasar de 4.700 millones de toneladas de CO2 en 2001 a 5.300 millones de toneladas en 2011. Es de resaltar que el 39% de estas corresponde a la fermentación entérica, esto es al metano producido por el ganado durante la digestión y que es expulsado al eructar.

Para Ottmae Edenhofer, copresidente del IPCC, “hay un claro mensaje de la ciencia: para evitar una interferencia peligrosa con el sistema climático, tenemos que dejar de seguir operando igual”. De lo que se trata, entonces, es de evitar a toda costa de que la temperatura del planeta traspase el umbral de los temidos dos grados centígrados antes de finalizar este siglo, de los cuales vendrían a sumar al 0.7º que se calcula ha aumentado la temperatura desde la Revolución industrial. Como lo sentencia otro de los miembros del Buró del IPCC, Jean Jouzel, “el mensaje es claro. Si se logra limitar el calentamiento a 2 grados, se evitarán impactos mayores”.

Y el reporte del IPCC es categórico al indicar que “solo un cambio institucional y tecnológico importante haría que hubiera más del 50% de probabilidades de que el calentamiento global no superara ese umbral”. La resiliencia ambiental es cada vez menor y el tiempo se le agota a la comunidad internacional para actuar en consecuencia. Ya en mayo de 2009, en la Cumbre Mundial Empresarial sobre cambio climático, le dijo a los empresarios que había llegado “el momento de actuar”, antes de que fuera demasiado tarde. Cinco años después, si nos atenemos al reporte del IPCC, la exhortación de Al Gore, que la acaba de repetir recientemente en Bucaramanga, recobra actualidad.