nacimiento de niñas siembra de 111 árboles
Foto: CONtexto ganadero.

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En la India se siembran 111 árboles cada vez que nace una niña

Por - 29 de Octubre 2014

En la aldea de Piplantri, en la India, con el fin de combatir lo feticidios femeninos (muertes de fetos de niñas) cada vez más familias se unen al proyecto en el que cuando nace una niña se siembran 111 árboles, los cuales se deben cuidar hasta que cumpla 18 años.


En la aldea de Piplantri, en la India, con el fin de combatir lo feticidios femeninos (muertes de fetos de niñas) cada vez más familias se unen al proyecto en el que cuando nace una niña se siembran 111 árboles, los cuales se deben cuidar hasta que cumpla 18 años.

En la India, hasta 1961 las mujeres se podían casar con una dote previa, lo que implicaba un gasto adicional para la familia. Y aunque la práctica estaba prohibida por ley desde hace 53 años, algunas familias optaban por darle muerte a los fetos femeninos, en otras palabras cometer feticidio.

No sucedía lo mismo cuando el hijo era varón, ya que el nacimiento de un niño representaba el sustento de la economía doméstica.

Desde 2007, el panorama cambió en la aldea de Piplantri, ubicada en el estado indio de Rajastán. Shyam Sundal Paliwal, un habitante de esta zona, pensó en una idea cuando estuvo a cargo Departamento de Saneamiento y Medio Ambiente. A raíz de la muerte de su hija Kiran en 2007, por deshidratación, el hombre optó por iniciar la siembra de árboles, con el fin de evitar este tipo de sucesos. (Lea: Recuperar pastos degradados, desafío crucial para la ganadería)

Con el proyecto ‘Kiran Hadhi Yogana’ se busca que las familias participen de forma voluntaria. Para hacer parte, cada núcleo familiar se responsabiliza de la plantación y cuidado de 111 árboles por cada niña que nazca en un hogar. También de forma voluntaria, los padres se comprometen a aportar un depósito fijo de 21 mil rupias (271,5 euros) para el futuro de sus hijas.

De acuerdo con Shyam Sundal Paliwal, el resto del pueblo contribuye con 10 mil rupias más para hacer un total de 31 mil (400 euros) para cada niña. Si las familias no puedan aportar la cantidad más alta, esta sería asumida por la comunidad.

De igual forma, hacemos que los padres firmen una declaración jurada, prometiendo que no van a casar a sus hijas antes de la edad legal, también que la van a enviar a la escuela regularmente y que la familia cuidará los árboles plantados en el nombre de la niña”, dijo Paliwal en diálogo con el diario www.thehindu.com.

Hasta el momento, más de 60 familias se han sumado al programa y ya se han plantado 285 mil árboles en un espacio de 2.000 hectáreas. Según el creador del proyecto, y también alcalde de la aldea, ahora las familias tienen una mayor disposición a aceptar el nacimiento de niñas por la ayuda económica que ello conlleva. (Lea: Colombia, entre los 4 países destacados por tener silvopastoriles en la ganadería)

Cuidamos de los árboles como parte de nuestra familia. Porque son el fruto de la tierra y porque también nos darán el fruto para mantener a nuestras hijas”, explica Pura, una de las mujeres de la aldea de 8.500 habitantes que se benefician del proyecto.

El depósito de las familias sirve para diseñar un futuro mejor para las niñas. El valor natural de los árboles también augura más prosperidad para el pueblo de Piplantri. Según cálculos del propio Shyam, después de 18 años de vida –cuando las niñas alcanzan la mayoría de edad– cada árbol llega a tener un costo de 50 mil rupias, lo que supone un total de más de 5 millones de rupias (71 mil euros).

El Gobierno indio ha intentado poner freno al aborto selectivo de niñas mediante la actualización en 2003 de la Ley sobre las Técnicas de Diagnóstico Prenatal (1994), prohibiendo las sonografías y otros métodos de predicción del sexo del feto. Aunque lleva una década en vigor, solo un pueblo de Rajastán ha interpuesto una denuncia por feticidio en base a la ley. Y únicamente en 13 de los 35 estados de India se han recogido casos judiciales por incumplimiento de la misma.

Sin embargo, la iniciativa ha sido premiada por la conjugación de un entorno limpio, junto al desarrollo de los derechos de las niñas. Pero el proyecto no se ha quedado ahí, evolucionó hasta el punto de servir de sustento para algunas mujeres de Piplantri, ellas se organizaron en cooperativas de producción y venta de productos de aloe vera. Con el fin de evitar que las termitas acaben con los árboles, se empezó a sembrar este vegetal. Hasta el momento, los más de 270 mil arbustos de aloe vera que florecen en la actualidad sirven para proteger el entorno y para generar beneficios económicos. (Lea: Analizan oportunidades de productos forestales no maderables)

“Poco a poco, nos dimos cuenta de que aloe vera podría ser procesado y comercializado en varias formas. Así que invitamos a algunos expertos y les pedimos que entrenaran a las mujeres. Ahora los residentes hacen y venden productos de aloe vera como el jugo, gel, encurtidos, entre otros y los comercializan en el mercado”, dice el alcalde de Piplantri.

También se plantan árboles por la muerte de un familiar

Así como se celebran los nacimientos también se conmemoran las defunciones. La revolución natural de Piplantri está relacionada con el ciclo vital, ya que también se plantan 11 árboles cada vez que alguien muere, para honrar la memoria del difunto.

“Ahora las familias son conscientes de que los árboles y la naturaleza son una parte importante de la familia”, cuenta Shyam.