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3 factores del manejo integrado de cultivos y cómo aplicarlos

Por - 01 de Marzo 2023

El manejo integrado del cultivo (MIC) es un método de control de plagas y enfermedades, que combina el uso de productos fitosanitarios, organismos beneficiosos y prácticas culturales. Estas son las claves para aplicarlo en su finca.


El manejo integrado del cultivo (MIC) es un método de control de plagas y enfermedades, que combina el uso de productos fitosanitarios, organismos beneficiosos y prácticas culturales. Estas son las claves para aplicarlo en su finca.

La “Guía técnica para la difusión de tecnologías de producción agropecuaria sostenible”, documento del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, definió el MIC como:

“(…) un sistema basado en principios y conocimientos de ecología, el clima, la planta, el suelo y de las plagas para seleccionar y usar de manera compatible las estrategias de control de plagas, enfermedades y plantas de crecimiento espontáneo, así como el manejo de la fertilidad y la conservación del suelo, asegurando resultados favorables en lo económico, ecológico y social”.

En consecuencia, la planta no se ve como un elemento aislado, sino integrado en su medio junto con los demás elementos del entorno como el suelo, el clima, otras plantas, insectos y microorganismos. El productor puede manejar sus cultivos observando cómo funcionan esas relaciones para aprovecharlo en sus prácticas agrícolas.

Uno de los principales objetivos del MIC es la gestión adecuada de plagas y enfermedades de tres formas:

  1. Prevención: Es el conjunto de medidas orientadas a mantener bajas las poblaciones de plagas y enfermedades.
  2. Observación: Se refiere al monitoreo del cultivo por medio de la observación constante, para establecer el nivel de población de las plagas.
  3. Intervención: En caso de que a través de la observación se detecte que las medidas preventivas fueron insuficientes, se procede a aplicar medidas de intervención para reducir las plagas a niveles que no afecten económicamente a la productividad.

Medidas preventivas

Antes de sembrar, el productor debe planificar su actividad e identificar los recursos necesarios para manejar su cultivo, respondiendo: ¿a quién va a vender su producto? ¿cuánto se necesita vender? ¿cuánto debe sembrarse? ¿cuál es el mejor sitio para sembrar este año? ¿qué problemas podrían tenerse y cómo se van a resolver? ¿cuánto va a costar resolverlos y cómo se van a obtener los recursos?

En primer lugar, el productor debe asegurarse de contar con un suelo sano, pues este recurso es fundamental en el MIC para obtener una cosecha sana. Los aportes de materia orgánica contribuyen a mejorar la fertilidad del suelo, asegurando nutrientes para los cultivos.

Para una cosecha sana, debe emplearse semilla de buena calidad. Con malas semillas, el productor expone su cultivo a plagas y enfermedades y gastará más en insumos. (Lea: Conozca las variedades de métodos para controlar malezas en los potreros)

La finca puede diversificarse conservando áreas de bosque, estableciendo cercas vivas y cortinas rompevientos y sembrando, de ser posible, varios cultivos a la vez. Así se atraen y albergan a más depredadores naturales de las plagas y a más seres vivos en general.

Así mismo, debe evitarse la siembra continua de cultivos de la misma familia con el propósito de reducir la permanencia de plagas comunes entre ellos. Así se lo grará cortar el ciclo de las plagas, pues el siguiente cultivo no servirá como hospedero.

Se recomienda sembrar más de un cultivo a la vez, ya sea en lotes diferentes o intercalados. Así disminuye el riesgo de plagas y enfermedades, mientras se protege el bolsillo de los altibajos del mercado. El uso de abonos verdes, como leguminosas, permite enriquecer el suelo.

Observación y monitoreo

La observación constante del comportamiento del cultivo es una parte muy importante en el MIC. Como requisito para hacer un manejo integrado, el productor debe adquirir el hábito de escribir notas de sus actividades para el control de plagas, así como de sus observaciones periódicas acerca de insectos o enfermedades. Esta información es útil para identificar y resolver problemas.

Monitoreo con umbrales y trampas: El umbral económico es un dato que indica en qué nivel de población de una plaga es necesario realizar una aplicación de plaguicida. Por debajo de esa población, no es económico hacerlo; por encima, ya pudo haber causado daños importantes.

Las poblaciones de plagas se miden con trampas, como las trampas con feromonas que ayudan a atraer y capturar a las plagas para identificarlas y controlarlas determinando si su población llegó al umbral económico. Así, las aplicaciones de plaguicidas pueden reducirse hasta en un 50 %.

También están las trampas pegajosas se usan para atrapar insectos voladores (principalmente las moscas que son los vectores que pueden afectar más los cultivos) y disminuir su presencia en el ambiente. (Lea: Principios básicos del manejo integral del cultivo de papa)

Control e intervención

En caso de que las medidas preventivas sean insuficientes y que el nivel de población haya sobrepasado el umbral, puede recurrirse como complemento a plaguicidas naturales o en su defecto sintéticos, siguiendo las instrucciones de la etiqueta al pie de la letra. Solo deben emplearse aquellos autorizados para el cultivo y en las dosis y frecuencias recomendadas.

El control biológico es una forma de intervención amigable con el ambiente. Esta opción se basa en el conocimiento tanto de la plaga como de organismos que la controlan: se basa no solo en la compra de controladores biológicos, sino también en identificar, conocer y aprovechar los controladores naturales en la propia finca, generando condiciones para su desarrollo.

El productor puede beneficiarse mucho del control biológico, ya que la plaga no se vuelve resistente al depredador, no hay contaminación y el control es más duradero. (Lea: El buen manejo integrado del cultivo de mango asegura su sabor y calidad)

Existe un conjunto de microorganismos benéficos como hongos y bacterias, que ayudan a controlar plagas y enfermedades de cultivos producidas por otros hongos, bacterias o insectos. También hay insectos que funcionan muy bien en control biológico.  

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